Especial.

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No había una sola cosa con la que pudiera suicidarme. Navajas, tijeras, un botiquín de primeros auxilios, absolutamente nada. Busque en todos lados y no pude encontrar ni una sola cosa. La única opción que me quedaban eran los espejos, y Dios que flojera me daba tener que romper uno. Ademas de que haría demasiado ruido y no podría hacer nada al final si llegan a encontrarme en medio del intento.

Al menos ya sabia que opciones tenía. Pensé con un suspiro largo. Habían pasado horas tras horas y L no volvía, ni el ni nadie mas. Mis ojos volvieron al reloj sobre la cómoda: 9:27pm.

Ya para esta hora Lenuel debería esta buscando furioso, imaginandose que tipo de castigo me inflingiria al verme. Aunque no era muy original en ello, casi siempre era el mismo. Y aunque la falta de creatividad era dolorosa, ese puto castigo lo era aun más. A veces incluso pensaba en dejarle libros con nuevas ideas, pero vamos que si el tocaba algun libro era una revista porno y nada mas.

- La cena. - un muchacho, no mas de 19 de cuerpo delgado y alto deja una bandeja con comida sobre la cómoda justo al lado de la puerta, sin entrar demasiado al cuarto. Como con miedo de tan siquiera mirarme- buen provecho.

Y se marcha, sin conectar su mirada con la mia. Le resto toda la importancia y me acerco al plato. Tenia hambre, ahora que el olor de pollo a la BBQ y pure de papas me rodeaba, no podia negar mas el rugir de mi estómago. Mi mano viaja sola al tenedor pero me detengo en seco y me alejo de la bandeja.

Podía morir de hambre, literalmente. No obstante, el proceso me dejaria muy debil y a la merced de todos aquí. Tardaría al menos una semana sino bebo nada de agua.

Joder, eso era demasiado.

- Pierdes tu tiempo si piensas que morir de hambre es una posibilidad.- miro sobre mi hombro irritada. El no tenia que decírmelo. - ten.- me tiende bandeja con seriedad. Ordenandome en silencio que comiera.

- ¿Vas a verne comer? - mascullo, luego de varios segundos en los que no dejo de mirarme.

Oculte mi sorpresa cuando tomo asiento a mi lado y empezó a quitarse su chaqueta.

- Se te enfriara mas si sigues mirándome. Come.- ordeno, mirando seriamente. Sus ojos grises quemaron a traves de los míos con autoridad. Era casi intimidante, casi.

- Espero esto no sea algun fetishe sucio tuyo.- mascullo, tomando el tenedor y espetandolo en el pure con ira.

- Nunca puedes quedarte con la palabra en la boca.- me responde, sonando entretenido.

- ¿Por que deberia?- le pregunto fulminandolo con la mirada. ¿Que esperaba? ¿Una sumisa que le lambiera los zapatos?

- Hay razones, pero considerando que eres tan especial supongo que vendrias siendo la excepción. - me dice dejando caer su cabeza solo un poco hacia mi - pero a mi me valen una mierda las excepciones, ¿de acuerdo? En mi territorio no existe nadie que me responda como tu lo haces. No voy a cambiar eso por ti, querida. Es mejor que manejes tus palabras y la forma en que miras de ahora en adelante. ¿Entendido? - mi garganta se sentía pesada, como si tuviera un hierro atravesado. Demasiado como para hablar. Estaba segura que mi cara demostraba mi estado, pero a el eso no le basto. Su mano, mucho mas grande que la mia, se cerro en mi mandíbula y me acerco mas a su rostro - ¿Entendido? - siseo calmada pero fríamente.

- Entendido. - susurro, mis ojos traicioneros parando en sus labios antes de caer en mi regazo en donde la comida seguía enfriandose.

- Bien, ahora termina de comer.- mis ojos lo siguieron mientras se ponía de pie, rencor oculto pero ardiente en mi ser. Este hombre...- Quiero ver ese plato vacío cuando yo salga de la ducha.- oh, cuanto odiaba a este hombre.

De LuqueOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz