Y tal como Tae había dicho, ahí se encontraba, recostado en el marco de la puerta porque todavía no se había dignado a pasar.
-Puedes pasar...-Dije y alargue la frase —Esta un poco desordenado -Suspire.
-Ey, no te preocupes -Entró y escuché sus pasos rápidamente hasta que posicionó su mano en mi hombro-, recogeré esto por ti.
-No tienes porqué...-Dije apenado por el hecho de que él se ofreciera a una cosa de estas. -No viniste a esto.
-Entonces, ¿Quieres pasar ya a la acción? -Preguntó.
-¿A-Ah?
-Me refiero a enseñarte la ciudad, lo que dije de describir, ¿Te acuerdas no? -Cuestionó preocupado.
-A-Ah eso, sí sí, me acuerdo. -Asentí rápidamente.
-¡No me lo puedo creer! ¿Lo habías malinterpretado? -Dijo en un tono burlesco.
-Y-Yo...Para nada. -Garraspee un poco. -Vámonos ya.
Fui a agarrar mi bastón pero de un momento a otro sentí la mano de Taehyung tirando de mi muñeca y chocando me contra su pecho. Coloqué mis manos en su torso y tragué saliva al notar la poca distancia entre ambos, podía sentir su respiración cerca de la mía, pero sin llegar a más ambos nos apartamos y Taehyung se fue riendo hasta la puerta. Tuve que ir hasta él muerto de la vergüenza.
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-Bueno...Esto es un planta, es de color violeta, se puede apreciar bastante en la primavera...-Dijo Taehyung pero se notaba apenado.
-¿Sabes? No sabes describir -Negué con mi cabeza-, me imagina eso un poco más...romántico. -Solté.
-¿Romántico? -Cuestionó.
-Emm...Quiero decir, menos aburrido...
-¿Qué quieres que te describa, Jungkook? -Preguntó acercándose a mi lado rozando levemente su mano buscando mis dedos.
-Quiero que Tae hyung me describa la vista, los lugares que nos gusta visitar juntos; quiero que te describas y quiero que me describas. -Dije con plena sinceridad. -Quiero conocerte y quiero conocerme...Quiero saber como somos.
Él tomó una bocanada de aire y tomó mi mano finalmente para acariciarla en mientras.
-Iremos a la playa de Gwangalli -Dijo.
-¿Eso no queda lejos? -Pregunté.
-No te preocupes.
Y dicho eso, comenzó a caminar aún con mi mano entrelazada a la suya.
Andamos alrededor de unos 20 minutos hasta que llegamos hasta la parada de un autobús.
-Tomaremos el autobús.-Mencionó Taehyung aún con su mano entrelazada a la mía.
-De acuerdo, por favor cuida de mí...-Mencioné en un susurro pero que él alcanzó a oír.
-Conmigo siempre estarás seguro.
Finalizó aquella conversación cuando ambos escuchamos al autobús abrir sus puertas delante nuestra. Entramos, Taehyung pagó el billete de ambos, incluso yo habiéndole insistido para que no lo hiciera.
-No deberías...-Hablé mientras él me guiaba hacia un asiento.
-Recuerdo haberte escuchado decir antes que te cuidará, ¿no es así? -Rió suavemente y dulcemente volvió a tomar mi mano para acariciarla.
Aquel viaje pasó muy rápido, como si solo hubieran sido minutos. Se debía a la compañía de Tae, cuando pasamos tiempo junto parece que solo son segundos. Se siente extraño. Junto a él siento una emoción que nunca antes había experimentado.
-Ven. -Dijo levantándose de su asiento.
Caminamos hasta que note piedras y escalones, pude escuchar el sonido de las olas y algunas gaviotas. También se podía apreciar el olor que transmitía transmitía mar.
-Ten cuidado en esta zona...
Con delicadeza llegué hasta el suelo, Taehyung quitó mis zapatos y pude sentir por primera vez el tacto de la arena junto a mi piel. Una sonrisa brotó de mí, me sentía feliz, parecía que una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo entero.
Tae me llevó hacia el agua, y ahí fue cuando mis pies hicieron contacto con el agua fría del mar. Una carcajada escapó de entre mis labios. Tomé una gran respiración mientras escuchaba la risa por atrás de Taehyung. Mi camisa desabotonada volaba con la brisa fresca que hacía, mi cara estaba fría del viento.
-¿Te gusta? -Preguntó Taehyung por mi espalda pasando una mano levemente por mi cintura.
-Me encanta Tae hyung...-Mencioné con una sonrisa mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla. -Gracias...
-El mar tiene un color bonito, azul transparente mientras que la arena se torna de color naranja debido a la puesta de sol. -Explicó. —Pero no llores...—Mientras reía, limpió con el dorso de su manga las lágrimas que caían.
