La trampa II

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—¡¿Liam estás ahí?!—. Respondo.

—Así es, tranquila te sacaré de ese lugar—.

—¿Los demás están contigo—.

—Ellos... No están aquí pero no te preocupes por ese detalle—.

Luego de esas palabras escucho como unos cuantos golpes con algo metálico impactan contra el muro de tierra.

—No entiendo.. ¿Cómo llegaste aquí? ¿Cómo sabes dónde estaba?—. Pregunto extrañada.

Pensar que vendría solo a rescatarme... No sé que pensar.

Nunca antes me había sentido como me siento ahora, apreciada por alguien.

—Lo deduje por la altura, hice un mapa siguiendo una linea recta para saber dónde podrías estar, lo he intentado dos veces antes y por fin te encuentro—.

—Por dios Liam...Eres impresionante—.

—Muchas gracias—.

Es una buena idea, si lo piensas solo debes probar de lugar en lugar siguiendo una linea recta.

Pero estoy segura de que he descendido mucho metros bajo el laberinto... ¿Cómo lo logró sin ayuda?

—Evité las peleas apagando la antorcha cada vez que se aproximaban, ellos se ven atraídos por la luz, si no hay luz simplemente no atacan—. Declara él orgulloso por su hallazgo.

—Entonces ¿No me atacarán?—. Pregunto.

—Mientras no hagas fuertes ruidos estarás bien—.

Es tan tranquilizador saber que no estoy sola.

La esperanza vuelve a renacer con la ayuda de este encantador mago dispuesto a sacrificarse por mi.

—Muchas gracias— Murmuro con algo de vergüenza —Nadie con dos dedos de frente harían lo que tu haces, lo normal sería abandonarme—.

—Yo jamás haría algo semejante y tu bien lo sabes Tae—.

Tras esas palabras me acurruco sentada tomando mis piernas, una cómoda posición apoyada de otro de los muros.

Así está bien, viviré otro día más.

Pero ya no volveré a entrar al laberintos nunca más, es la segunda vez que lo hago y también la pasé terrible.

Aunque esta oportunidad es la que gana en mi lista de desgracias.

Un sonido de un lobo aproximándose a mi suena, sus gruñidos se acercan más y más.

¿Pero de dónde?

No puedo ver nada claramente.

Mis costados están cerrados así que la única via es arriba.

Al observar la saliva cae en mi cara y los afilado colmillos de la bestia tapan mi visión.

—¡Waaa!—. Exclamo del susto.

Esquivo el primer ataque del lobo del laberinto, no tengo fuerzas, mi visión es terrible, mi cuerpo tarda en reaccionar, mi mente esta algo mareada y mi piernas tiemblan.

Estoy en mi peor condición.

—¡Liam!—. Exclamo su nombre como si él pudiera hacer algo al respecto.

—¡¿Tae?! ¡¡TAE!—. Exclama mientras da fuertes golpes a la pared.

Los sonidos alteran al lobo del laberinto que aparta su mirada un momento de mi, perfecto para perforar sus músculos con mi lanza.

Un ataque fatal pero se niega a rendirse.

Reacciona rápido intentando atacar con sus garras.

Al fallar se abalanza sobre mi e intenta morderme.

Coloco mi lanza entre los colmillos de la bestia para evitar que me muerda.

Una batalla de resistencia que estoy destinada a perder...

Normalmente algo como esto no sería un problema, pero en esta ocasión muero de hambre, ser, frio y he perdido sangre en más de un sentido no puedo continuar mucho más.

—¡No no, aléjate de mi!—. Le suplico al lobo intentando apartarlo sin éxito.

No escucho a Liam al otro lado, ni siquiera oigo sus golpes... Tal vez se fue.

La mandíbula de la bestia se aproxima más y más cada segundo.

Este es mi fin, mis brazos me duelen y aunque se niegan a rendirse él tampoco lo hace.

Este es su laberinto y yo soy su comida... El ciclo de la vida completo.

—¡Maldición maldición maldición!—. Reclamo por última vez.

Me hubiera gustado ver crecer a Ciel, me hubiera gustado ayudarle con la discriminación en este mundo repleto de humanos.

Lágrimas recorren mis ojos y mis dientes aprietan con fuerza.

Recuerdo tantas cosas ahora, mi madre Mia, mi padre Kim, mi amiga Alma... Y mi esposo Aarón.

Todas esas cosas que hicimos solo por ser jóvenes, nos creíamos el mejor equipo... Hasta que tuvimos un hijo.

Ustedes me engañaron y los odio... Pero ya lo sabía de antemano... Ustedes dos ya se amaban incluso antes de que Ciel naciera.

Fui una estúpida durante toda mi vida y moriré siendo una estúpida con Liam.

Tan pronto me preparo para morir el muro cae en pedazos y algunos escombros caen en nosotros.

—No te atrevas a tocas... ¡¡¡A MI MAMÁ!!!—. La voz de Ciel envuelto en rabia como nunca.

El lobo es asesinado por ese joven tan inocente y puro con una rama o tal vez un hueso largo.

Liam también está aquí... Y su hija Estrella.

No entiendo... ¿Qué sucede?

El lobo yace sin vida a mi costado cubierto de sangre mientras que Ciel es el siguiente en la lista para abalanzarse a mi.

—¡¡MAMÁ WAAA!!—. Estalla en llantos.

—¿Eres Ciel no es así? ¿O ya estoy muerta y esto es un sueño?—.

Es real, las lágrimas de Ciel, su cálido abrazo y su repentina aparición.

Es bueno seguir con vida...

—¡¡WAA!!—. También rompo en llantos por el miedo que pasé.

Todo se volvió confuso para mi.

El libro de Kendall: primero añosWhere stories live. Discover now