Días tranquilos III

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Cuando vi a Sarah por primera vez la vi intimidante pero admirable como si fuese la perfecta figura de una hechicera con su vestimenta juntos a su gran báculo.

Su personalidad amable, oyente y calmada.

Si, ella es de cierta forma perfecta.

—¿Qué escuela de magia utiliza usted señorita Sarah?—. Pregunto a su lado mientras ella camina despacio en una ruta de tierra.

Lugar donde la tierra está seca pero a sus bordes se puede apreciar la verde hierva.

—No hace falta que me trates con tanta modestia, somos compañeros magos tal parece—.

—Pero eres rango S ¿Verdad? Es el tope máximo de poder en la escala del gremio—. Declaro en contra de sus palabras.

Con mi edad y su rango pensar que somos colegas sería algo tonto de mi parte.

Mi madre y Liam tienen el rango B y son superiores a los rangos C por fuerza o intelecto.

Está a dos rangos de distancia que mi madre y de Liam que es profesor distinguido, no imagino lo que ella es capaz.

Me da curiosidad.

—Nada de eso, siendo tan joven y saber hechizos no me cabe duda que llegarás a dónde estoy en un tiempo, así que te trataré como mi igual tú haz lo mismo—.

—De acuerdo...—. Asiento.

He notado que en su mano izquierda carga con un libro oscuro con la imagen de una mariposa multicolor, a de ser de hechizos.

—Bueno hasta ahora tengo el nivel 4 en hechizos de oscuridad y luz por lo cual estoy muy orgullosa, además poseo el título de cazadora de monstruos ¿Y tú?—. Me pregunta de una forma amistosa.

Realmente me trata como un igual.

—Soy un mago sé hechizos de agua hasta el nivel 3... Solo zona cero y yo... No poseo ningún título ni soy aventurero—.

—¿Y qué estás esperando para unirte a un equipo? ¿Una carta de invitación? ¡Ve y corre a ser historia niño!—. Dice alterada.

Su actitud cambió tan pronto escucha mis palabras, esa persona calmada y perfecta se transforma en una mujer extraña.

—¿Qué? Pero no quiero hacerlo—. Le respondo.

—Ya veo, miedos de primerizo, a pesar de tu capacidad no quieres dar el siguiente paso... Entiendo entiendo—. Murmura mientras posa una mano en su mentón en señal de pensamiento analítico.

¿Es algo normal? Bueno no es que no quiera hacerlo... No lo sé siempre que pienso sobre eso no llego a ninguna conclusión y termino diciendo "mejor no".

Pero Liam también insiste en que me convierta en aventurero, debe tener alguna relación especial.

—Tarde o temprano serás aventurero ese es la ruta natural de las cosas, como sea adiós pequeño Ciel espero nos volvamos a ver—.

Devuelvo el saludo de la despreocupada Sarah, vaya personaje acabo de encontrar.

Y pensar que había un aventurero S en este lugar, creí que solo existían en lugares peligrosos o eran de razas especiales.

Ese libro que tenía en sus manos me gustaría leerlo no puedo ocultar mi deseo por ese contenido.

Sin duda alguna ese libro me llevará a otro nivel de magia, lo cual es perfecto ya que me veo estancado.

Y sobre ser aventurero... No le veo el caso incluso si quisiera hacerlo para comprar libros de magia no es como si lo vendieran en cualquier lado.

Son cosas especiales y costosas.

Los libros de Kendall deben valer su precio... Si los vendiera... No no, no voy a vender mis tesoros.

Es hora de volver a casa.

. . .

Cuando llego a la residencia Hemsworth siento esos raros nervios, es como si no fuese mi hogar me hace sentir incómodo.

Claro no lo es, es la casa de Liam y Estrella en dónde ahora vivimos mi madre y yo por esa unión.

Espero algún día me acostumbre.

Podría anotar eso en mi libro de ideas... A claro aún no tengo un libro en blanco.

Nota mental: Comprar un libro en blanco.

—Oh Ciel volviste ¿Cómo estuvo tu viaje?—. Liam es el primero en saludarme.

Recuerdo todo lo que sucedió en tan solo unas horas, me despreciaron por dominio de un territorio, hablé con la niña de la granja y me encontré con Sarah.

—Estuvo bien...— Dudo unos segundos si contarle o no —Si un aventurero de rango S estuviera aquí ¿Por qué sería?—. Pregunto preocupado.

Por alguna razón no concuerda, el equipo de mamá ya es suficiente para enfrentar la mayoría de desafíos de alto nivel de la zona junto a los demás aventureros.

¿Por qué Sarah está aquí? No podría ser por libro ni por un encargo.

No quiero pensarlo pero siento que es sospechoso.

—No te entiendo ¿Viste a alguien así hoy?—.

—No, es solo curiosidad—.

Mantendré este encuentro en secreto por ahora.

—Mm... Nada se me ocurre—. Dice pensativo.

Supongo que Liam tampoco puede pensar un motivo, debí preguntarle para no tener sospechas pero todo mi interés en ese momento era su tipo de hechizos y su libro que cargaba en su mano.

. . .

Al llegar a la habitación, abro la puerta para encontrarme con Estrella y Milenka jugando violentamente casi desnudas, la habitación es de los tres así que no tengo la culpa.

Cierro la puerta lentamente sin que lo noten ya que no quiero morir en manos de la violenta mujer.

*Toc toc* golpeo dos veces la puerta con la intención de que se cambien antes de que yo entre.

—¡No entres!—. La voz de Estrella en conjunto de algunos sonidos apresurados de Milenka.

Espero unos momentos hasta finalmente obtener el permiso.

—Puedes pasar—.

—Con permiso—. Mientras ingreso a la habitación.

Todo está desordenado... No limpiaré esto.

—Bienvenido Ciel—. Milenka me recibe de forma formal.

—¿Qué hiciste allá afuera? ¿Magia?—.

—Algo así ¿Y ustedes?—.

—Yo estuve practicando con mi espada—. Señala Estrella.

—Yo me divertí junto con Hal y su padre, comimos y también me enseñó a leer—.

De todos nosotros Milenka es quien mejor la pasó al parecer y la más productiva.

Estrella hace eso siempre o por lo menos todas las mañanas pero al igual que yo su progreso se estancó... Y qué suerte por qué es raro tanto talento.

Lo veo innecesario pero lo entiendo, no hay otra forma de progresar sin práctica.

En el caso de Milenka... Creí que el padre de Hal la detestaba por pertenecer a la raza feral.

Mañana saldré otra vez pero más lejos, llevaré una espada por si acaso.

El libro de Kendall: primero añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora