fetus ➳ larry [traducción]

14. Make Me Sick and Silky.

Capítulo 14: Hazme enfermo y sedoso.

"Harry, despierta," fue la primer cosa que escuché el día siguiente.

Gruñí en respuesta, despertando de mi sueño pero negándome a reconocer la necesidad de salir del refugio seguro contra el que mi cuerpo se había fusionado. Era demasiado temprano.

"No, Lou, vuelve a dormir," murmuré.

"Yo estoy durmiendo," escuché balbucear contra mi húmeda y babeada camiseta, cansadamente.

"¡Harry, por favor!" Repitió la voz y forzando mis ojos abiertos, vi a Zayn mirando hacia mi, mitad-divertido, mitad-preocupado.

"¿Qué pasa?" Gazné.

"Es Liam. No está bien."

"¿Qué está mal?" Levanté mi voz más fuerte esa vez, tosiendo lejos la apatía.

El sueño se retiró frente a la preocupación. Lentamente me estaba dando cuenta de que las vibras que estaba enviando Zayn eran mucho más serias de lo que había podido interpretar previamente. En un instante, recordé la noche anterior y pensé demasiados escenarios horribles. Él podría estar muerto, o muerto, o muerto. Me senté repentinamente y Louis se desplomó, su cara por primera vez en el colchón. Lo escuché lloriquear quejándose, acariciando las sábanas.

"No sabemos. Está...¿enfermo?" Zayn vaciló.

"¿Resaca?" Cuestioné, saltando fuera de la cama hacia el armario.

"No, Harry. Es malo," agregó Zayn gravemente.

Debido a que su cara lucía demasiado desesperanzada para mi gusto, corrí escaleras abajo, olvidando la ropa. Escuché a Louis llamar mi nombre, pero lo ignoré. De a tres escalones a la vez, hice mi camino hacia el baño. Los grandes ojos azules de Niall me saludaron primero. Estaba despeinado. Cuando me vio, jadeando, hizo un gesto hacia el suelo, donde Liam estaba encorvado contra la pared, sus brazos en el inodoro, su cara apoyada en sus antebrazos. Él seguía en su pijama pero su camiseta estaba manchada de rojo, escasa pero visiblemente.

"Por Dios," susurré, "¿Eso es sangre?"

Niall se sobresaltó ante mis repentinos movimientos, saliendo lentamente del baño para hacer lugar. Colapsé junto a Liam en el apretado espacio, odiando la frialdad de las baldosas y el olor de su lucha. Un vistazo a la taza del inodoro me dijo que él había vomitado. Por la vista pálida de su cara y el estado de sus ojos castaños, supe que no se estaba sintiendo del todo bien. Él estaba listo para vomitar de nuevo, respirando pesadamente. Eso no era resaca. Eso no era como yo. Él parecía a punto de desmayarse y los puntos rojos en su camiseta eran efectivamente sangre, y ahora yo estaba verdaderamente entrando en pánico. Lo quería abrazar hacia mi pero me frené por miedo a lastimarlo.

"¿Qué está mal, Li? ¿Qué te duele? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudarte?" Divagué, tocándolo levemente como si pudiera romperse.

"Él ha estado vomitando por un rato. Al principio pensamos que era sólo—" Niall comenzó a explicar cuando notó que Liam no lo iba a hacer y yo estaba a punto de perder los nervios.

"¡Está sangrando!" Chillé.

"Su nariz está sangrando," dijo Niall, "Harry, cálmate. Es común."

Pero yo no podía. Liam se movió un poco, apenas apoyando su cabeza. Sus ojos se alegraron cuando se dio cuenta de mi presencia y su mano apretó mi pierna, pero fue demasiado débil para ser un apretón.

"Estoy bien, Harry," jadeó.

"¡No, no lo estás!" Contrarresté, "¿Esto pasa seguido? ¿Sabes lo que está pasando?"