Castillo de cartón | serokami week.

3. Viajes.

playa.
dedicado a ascalith

En una tarde de Domingo, es el papá de Hanta, Hotaru, el encargado de vigilar al enérgico par en tanto Yume, su principal cuidadora, reposa obligatoriamente.

Hace muchísimo calor ese día, cómo no. El azabache y su compañerito se encuentran recostados en el —apenas frío— suelo de la sala, sudando la gota gorda y con ganas de nada, mientras el señor Sero lee el periódico sentado en el sofá.

Él también tiene bastante calor y está aburrido, hasta que se le prende el foco.

—Hey, chicos. ¿Quieren jugar con la manguera?

Ambos se levantan de un salto, respondiendo al unísono que sí, y enseguida se organizan para salir. Minutos después, los tres se hallan en la calle, limpiando el auto del hombre y jugando con espuma y esponjas.

—Luego les daré unas moneditas y se van a comprar unos helados, ¿quieren?

—Ehm, ¡okey!

Al menos, era un trabajo refrescante y pagado.

—¡Má, pá, volvimos! —Hanta avisa, sacudiendo una bolsa en tanto él y Kaminari degustan sus paletas congeladas—. ¡Y trajimos helados para ustedes también!

Yume es quien los recibe, con la cara roja por el calor, probablemente molesta por el mismo, y con su larga cabellera azabache atada en un rodete y un amplio vestido verde floreado.

—Oh, no sabía que habían salido a comprar —Se escuchan pasos desde la cocina, lugar donde es probable que se encuentre Hotaru—. Y fueron con la ropa húmeda, ya veo.

—Jé, cariño —La mujer mira, entrecierra los ojos cuando su esposo aparece—. No creí que fuera malo, por el calor y-.

—Ajá. ¿Y después quién debe cuidar al niño mientras está enfermo, eh?

—¡Má, pero cuando estaba en la playa siempre salía con la ropa mojada del mar!

—¿Han ido a la playa? —Denki interrumpe a la discusión familiar, sentado en el sillón de la casa ajena, con las piernas danzando por no llegar a tocar el suelo y el rostro manchado de helado; el cual, sabe muy bien.

—¿Nunca has ido a la playa, Kami? —cuestiona el menor de los Sero, desviando su atención al chico. 

El rubio niega y entonces Hanta insiste en mostrarle imágenes de cómo es, yendo en busca de la cámara digital. Los adultos desisten de la pelea, ya tendrían una charla luego.

Acaban encontrándose Yume, Hanta y Denki en el sillón. Hotaru se fue, regañado, a comprar un bocadillo; antojo de su mujer.

—Allí viven los abuelos de Han, mis padres —cuenta ella, pasando fotos de bonitos paisajes y de ellos como una familia—. Solíamos viajar mucho, pero con el tema del embarazo decidimos quedarnos en alguna zona tranquila.

—Ooh, ¿ya sabe qué es su bebé?

Acaricia su vientre—Una niña.

Denki asiente enmudecido, atento a los interesantes lugares que se muestran. El atardecer se ve mucho más hermoso en la playa, naranja y azul mezclándose pacíficamente en el mar, perdiéndose entre las olas.

—Vamos allí a pasar cada verano, este año fue por mucho más tiempo. ¡El sol es muy fuerte, me quemé un montón! —Hanta comenta divertido.

«Cuando volvamos a ir, te traeré muchos recuerdos, Kami.» Denki se ensueña esa misma noche, recordando las anécdotas de la brisa y el olor a sal lejanos. Daicchan y su mamá trabajan muy duro, más de lo acostumbrado, y no podían pasar tanto tiempo con él; mucho menos llevarlo de viaje.

Ojalá él algún día pueda ir a la playa con ellos, su única familia aparte de sus abuelos maternos. Y con Hanta también, ¿por qué no?

Este es de mis días favs, me gusta mostrar momentos donde conviven con su familia.
Y el de mañana también es de mis favs 👁
Nos leemos jsjs