02
❛ VIANNA ❜
CUANDO SALIÓ DEL LUGAR, mezclada en todo ese gentío Osado como si siempre hubiera pertenecido allí, la mirada de Jeanine fue lo último que visualizó.
La condenaba con sus coléricos ojos, manteniéndose en esa firme y derecha posición que tanto la caracterizaba, pero hundiéndose en una ira llameante.Vanessa, al contrario de sentirse temerosa o intimidada, le sonrió cínicamente. Después de tanto tiempo, aquello se sentía como un escape. Un aire de libertad que por mucho había anhelado.
Jeanine ya no tenía nada que ver con ella, y eso la hacía sentir muy bien.
Con respecto a sus padres, se había llevado la expresión que proyectó en su mente. Lo esperado. Su madre, con lágrimas rodando por sus mejillas, sosteniéndose el pecho, actuando como si le doliera. Y su padre, en cambio, con un semblante severo, mirándola incrédulo y casi enervante. La castaña había sentido un deje de tristeza en su pecho, pero ya nada podía hacer. Ella ya no pertenecía a esa familia.
De igual manera, no tuvo tiempo de pensar demasiado. Porque cuando quise darse cuenta, ya se encontraba corriendo libremente por las calles, siendo animada por los demás.
Una genuina sonrisa se extendía por todo su rostro, dejando que el aire desarme su cabello atado, y deshaciéndose de su chaqueta azul.
Se sentía demasiado bien.
Habían comenzado a trepar para llegar al tren. Vanessa los había visto en numerosas ocasiones anteriormente, por lo que no le resultó muy difícil. Pronto llegó el momento de subirse, que fue cuando las cosas se complicaron un poco más.
Junto con otros iniciados, compartió una mirada desconcertada. Otros osados le gritaron que suban, de la manera en que se les haga posible.
La castaña comenzó a correr, aún sin saber cómo hacerlo exactamente. El tren iba a una velocidad alucinante, y frente a ella unos cuantos lograron sostenerse de las manijas para impulsarse.
Bien, solo debía copiar lo que ellos habían hecho.
Respiró con fuerza, sus brazos comenzaban a doler, y las piernas empezaban a quemarle. Se dificultaba. Claramente, en Erudición no priorizaban para nada el entrenamiento físico, por lo que, no era novedad que luego de unos minutos de correteos ya sienta su cuerpo cediendo ante el cansancio.
Eso debería cambiar.
Una mano se extendió frente a la chica, y ni siquiera miró de quien se trataba, solo se aferró a ella como si su vida dependiera de ello. Lo siguiente que supo fue que su cuerpo fue impulsado hacia adentro, y acabó sobre el suelo del tren, intentando recuperar el aire a grandes bocanadas, sintiendo sus pulmones arder.
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SACRIFICE ━━ divergente.
Fanfiction𝐒 | ' 𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐑𝐄́ 𝐄𝐍 𝐔𝐍 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐀𝐑𝐃𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄, 𝐂𝐔𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐄𝐍𝐈𝐙𝐀𝐒 𝐋𝐋𝐔𝐄𝐕𝐀𝐍 𝐄𝐍 𝐓𝐔 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄. 𝐒𝐈 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐎𝐓𝐑𝐎, 𝐘 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎𝐒 𝐍𝐎 𝐃𝐄𝐉𝐀�...