Capitulo 1

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-Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa-.

Entre las paredes de mi casa, podría percibir la cálida voz de mi pequeña. Seguí la melodía mientras caminaba por el pasillo de nuestra casa. Tal como esperaba, a las 9:30 pm generalmente la encontraba leyendo su Biblia en la cama. Al llegar a su cuarto, logré ver cómo sostenía su Biblia y con toda su conscentracion en absoluto la dedicaba a ella. No precato mi presencia y una parte de mi no quería interrumpir su lectura.

-Mmm, el pecado del rey David?-.

Le pregunte a mi hija, al entrar a su cuarto.

-Sí- dijo ella. Alzó su mirada para encontrarse con mis ojos, y me sonrió. -Hola mamá-.

Entré a su cuarto y le regalé una cálida sonrisa. Me incliné para darle un beso en su cabeza y le pregunté -Haz avanzado bastante-.

-Masó menos, habeces no logro entender la biblia cómo quisiera y tardó en avanzar- Me dijo con un suspiro.

-Cuando te cueste trabajo entender un versículo o un capítulo, me puedes preguntar o a papá-.

-Lose, pero creo que es mejor que estudie el capítulo para lograr entenderlo por mi misma no crees?-.

La miré y me di cuenta de algo.

La independencia alfin llegó a ella y como a toda madre, me cuesta trabajo aceptar la idea que ella poco a poco ya no dependerá de mi ayuda como cuando era tan solo una niña. Los años pasaron sobre ella como cuando el agua lleva una hoja de árbol en su corriente.

-Claro, si así lo quieres- le dije.

Me senté a su lado y frote su pierna para mayor comodidad. Ya era costumbre que la visitará todas las noches antes de dormir, pero esta noche en especial había algo diferente en ella. Sus ojitos cafés cansados de tanta lectura, podría notar como empezaba a formarse una ligera linea de ojera en su rostro.

-¿Desde ah qué horas estás leyendo la Biblia?-.

-No me di cuenta de la hora, solo se que era de día cuando empecé. ¿Porque?-.

Alcé mis cejas sorprendida. Hice mis cuentas en mi cabeza y logré sumar 3 horas exactas.

-Podría ser 3 horas?-.

-Si, podría ser-.

-¡Vaya! Que mosca te pico para que estés tan interesada en la biblia?- Le pregunté.

-Este capítulo en especial- me dijo emocionada.

-¿Oh? Y cual es?-.

Suspiró de nuevo y colocó su marcador entre las páginas que estaba leyendo. Note que su marcador era una foto de nuestra pequeña familia, el día del padre del año pasado para ser exacto.

-El pecado de David- dijo ella.

La miré fijamente por una fracción de segundo, tratando de entender su interés de este capítulo de la Biblia. Era tan joven, tan ingenua y llena de amor. Por siempre me preocuparé por mi niña en el cuerpo de un joven de 15 años. Cualquier madre temería por la vida de su hija, especialmente cuando se trata de amor. El pecado de David habla principalmente sobre el romance con otra mujer. Sólo al entender esto me hace preguntarme si ella está teniendo alguno problemas de chicos.

-Un tema bastante serio. ¿Necesitas ayuda en entender lo que acabas de leer?- le pregunte.

Sacudió su cabeza y dijo -Todavía no. Simplemente me sorprende cómo el pecado puede arruinar a un hombre tan honorable y fiel como David-.

-El pecado así es de sucio y destructor hacia los hijos de Dios. Ahí te da entender que hasta un gran rey de Dios no es esepcion para el pecado-.

Se quedó analizando lo que comenté con una mirada perdida. Abrió su Biblia y escaneo las hojas, leyendo de nuevo el versículo en la que se quedó.

-¿Sabias tu, que ese libro es uno de las historias favoritas de papa?-.

Me sonrió, -¿Enserio? y eso porque?-.

Pensé bien mi respuesta, pues no quería arruinarle nada de la historia, "Podemos decir que su historia lo conmovió".

-Si, puedo imaginarme porque-.

-¿No que es tu primera ves leyendo la historia?- le pregunte un poco confundida.

-Lo es! Pero dime quién no conoce la historia de David y Goliat?-.

Me reí, mi pequeña Aylen tan astuta como su padre.

Eclesiastés 4:12Donde viven las historias. Descúbrelo ahora