Veinte parte l: Iván

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Joder, esto se puso bueno...



Conmocionado por las emociones atrapadas y liberadas en la noche su mente divago en los recuerdos melancólicos que tuvo en su matrimonio, la recuerda como una buena mujer, la mejor, aquella mujer ideal y de corazón cálido, sin embargo no sabía quien era esa mujer que se había levantado de la cama para darse un baño sin mirarlo, se siente expuesto y vulnerable ante ella, se siente extraño y estúpidamente utilizado. Así es como debieron sentirse ellas cuando era un desgraciado, ahora duramente y con mucho disimulo escondía esas sensaciones para sí. Necesita de terapia, tal vez una platica con Javier lo ayude, pero su amigo pareció ser tragado por la tierra y sin una despedida real se esfumó, se siente abandonado por las decisiones que tomó. Dio un respiro largo tapando su cara, estaba frustrado ante todo lo que ocurría.

—Mi taxi está afuera, nos vemos. — abrió sus ojos sorprendido viendo que ella lo utilizó, carajo recordó su ropa de encaje perfectamente encajada en su piel y el color. Cristal ya sabía, ella dio el primer jaque. Salió de la habitación sin mirarlo, solo con su sonrisa de satisfacción en aquel rostros femenino.

—Jaque...—finalizó diciendo amargo.

Ahora con esa sensación de ser usado, tomó sus cosas para darse un baño, se sumergió tan profundo en su mente que el ardor del jabón en su piel lo trajo de regreso a su realidad, le doy una bofetada tan fuerte que no supo su la realidad o el ardor era más molesto que la sensación de ser un objeto. Sin saber por qué ardía su piel al hacer contactos con el agua y con el jabón pequeño de una rosa rosa que daban en los moteles. Incómodo por la sensación salió mojando el piso y válgame dios, eso era el ataque de una amante furiosa, esas cosas eran rasguñadas con ganas, de alguna pelea y muy notorias, demasiado para ocultar tu ropa. Pensó que el sudor combinado con el ardor, la sensación de desolación y su ropa pegada iba ser lo más incómodo para su día. Pero no medico siquiera lo que iba a ocurrir su si actual esposa viera esas marcas, mas siendo una mujer demasiado meticulosa, una cualidad que descubrió de ella luego de estar casados, y vaya que conoce mucho de ella por que ya no había tantos secretos de por medio, era un impacto de la vida real que recibió como un balde de agua tan fría que le heló su ser. Dio nuevamente paso a la ducha para quitar rastros del champú de sobre, incómodo pero terminó su aseo personal.

Acomodo su ropa ya estando arrugada y salió del cuarto con sus cosas en la mano, se miraba patético según su ego, pero era lo que había. Dio tan solo unos pasos cuando unos tipos le pusieron barrera, les miró notando que no eran amigables, tampoco iba para asaltarlo por que solo le miraron como si su suerte se hubiera terminado, trago grueso y sudo frio.

—Otra vez nos vemos Licenciado.— saludo como si fuera tan maravilloso el momento. Reconoció el rostro, sea a donde vaya lo haría, y mas por que era el mismo que estaba con Cristal, con la diferencia de poseer esa cicatriz saltona—La última vez que nos vimos pensé que todo se iba a quedar calmado, vi que eras un hombre curiosos pero bueno, y ahora me di cuenta que no.— Lucas no entendió lo que decía, lo pudo notar en su mueca— Estuviste contratando a un investigador para dar con información mía y de unas personas. Si se mueve algo mío créeme que me doy cuenta,— explico serio—  y también dejando aun lado que tus decisiones obligaron a mi hija irse con esas personas.

Por más que trataba de no encajar la situación supo de inmediato a lo que el hombre se refería, lo sintió en la piel y ese gran hueco en su estómago perforó su alma. Todo era más complicado.

—Es el padre de Cristal...

—Y tú el hijo de puta que hizo irse a mi hija con ella. — recalcó molesto— Súbanlo.

Solo bastó aquello para que Lucas no reconociera su tan poco fuerza a comparación de esos tipos, que aparte de su masa muscular poseían armas. Lucho con la fuerza monstruosa de ellos y logró zafarse dos veces, pero era solo él, y no es como si la fuerza de algo sobrenatural golpeara su sistema, era una maldita situación que no podría librar. Deseo poseer alguna habilidad como el tipo del traje en aquella película de acción donde con una sola arma se defendió, no como era en ese momento, que su habilidad más grandiosa es su mente y lengua, las leyes y demás. Lo sometieron y amordazaron dejándolo con la sensación de vulnerabilidad e impotencia.

Amor Y TraiciónOnde histórias criam vida. Descubra agora