All I Want [Español]

(2) Salva tu dignidad y dile no a los apodos

Ellie

Sostuve la bandeja del almuerzo con mis manos, asegurándome de no tropezarme con algún alumno que me hiciera derramarle la comida. Éramos demasiados chicos acumulados en la cafetería en busca de saciar el hambre que nos dejaba estar cuatro malditas horas con el culo pegado a un pupitre, y, en mi defensa, había presenciado bastantes veces esa vergüenza de estamparle tu almuerzo a otra persona de tu misma edad.

Jason colocó su mano derecha detrás de mi espalda hasta llegar a mis caderas y juntarme aún más a él, para que no me perdiera entre los demás, o eso fue lo que supuse. En el plato había un poco de pure de papás, una ensalada con tomate y cebolla, arroz y pollo frito, junto a un postre de yogurt griego.

Aunque, para ser sincera, realmente no esperaba comerlo. 

Haría lo mismo que siempre; me aseguraria que la conversación se volviera lo suficientemente intesa e interesante para el resto, al punto de que, no se darían cuenta de que lo unico que había hecho en treinta minutos era revolver la comida, y luego la tiraria en el baño.

La preparatoria era prestigiada, no lo suficiente para presumirla como algo superior en todo el sentido de la palabra, pero conmigo estudiaba bastante gente importante. Además de mí, al ser la hija de un político, claro.

Me senté en la mesa del medio junto a Jason, donde mis amigos esperaban pacientes para empezar a comer. Nuestro grupo se disponía de cinco personas, de las que cada uno consideraba las más interesantes del instituto, o al menos, de nuestra promoción:

Jason. Capitán del equipo de baloncesto, pelirrojo con ojos verdes, el chico por el que todos, tanto chicos y chicas se morían, pero quien desde el inicio de la secundaria era mi pareja.

Chris. Capitán del equipo de futbol americano, un rubio con ojos azules, moreno y con una extraña -y secreta- obsesión por los k-dramas. Mejor amigo de Jason y también el mío en algunas ocasiones.

Clarie, mi mejor amiga, mi suplente en las prácticas y presentaciones -lo cual, por cierto, se había vuelto cada vez más frecuente- y una de las estudiantes menos aplicadas de todo el instituto, algunas veces y hasta se le podía llamar mala influencia. Una figura envidiable desde cualquier lado en que lo vieras, todos, incluso yo en más de una vez me replanteé si no me gustaban las chicas por su culpa. Una castaña con los ojos marrones, una alegría que llegaba un punto en el que te daba miedo, pero hermosa.

Alex. Ella se había integrado al grupo en hacía muy poco tiempo, pero a diferencia de Clarie era una de las chicas más aplicadas del curso, un poco callada en ocasiones, sin embargo, su belleza opacaba todo eso. Morena con tez oscura, con ojos cafés y unos labios que me hacían preguntarme si realmente los míos eran bonitos. Además de que, en los pocos momentos que hablaba, tenía muchos temas de conversación.

—¿Vieron a los nuevos alumnos? —Clarie, por supuesto, sacó tema de conversación en el momento que toqué mi comida. Todos voltearon a verla y ella sonrió con inocencia—. He oído que todos son hermanos.