Capitulo 21

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Bajaba las escaleras con lentitud, saboreando el momento. No era un sádico, torturar gente no era su actividad favorita, pero esta vez estaba deseando empezar. El desgraciado se había atrevido a dañarla, y por eso él se encargaría de que sufriera hasta que el simple hecho de respirar fuera un tormento.

Cuando Calim llegó al sótano, su hermano y Andrey ya habían empezado el trabajo. El hombre no estaba atado, pero sus piernas heridas le impedían huir. Se veía estoico, no tenía idea de lo que le esperaba.

-¿Qué sabemos?- Preguntó el hermano del medio mientras se acomodaba las mangas del traje y soltaba los primeros botones de su lujosa camisa.

Calel le había dicho que Mila tardaría en despertar gracias a la herida en la cabeza y que él la vigilaría por el resto del día. La iba a llevar al hospital en cuanto despertara, para asegurarse de que no tuviese una contusión, por lo que podía estar horas golpeando al desgraciado sin preocuparse.

-No ha dicho nada.- Le respondió Caleb

-Nos ha faltado ser persuasivos, te estábamos esperando.- Las palabras de Andrey sonaban despreocupadas; sin embargo, todo en su lenguaje corporal era una amenaza.

-Debe ser difícil dar una confesión cuando sabes que vas a morir.- Volvió a hablar Calim, mientras se acercaba lentamente al cuerpo tirado en el suelo. El hombre parecía negado a hablar, mordiéndose los labios hasta sangrar para que las súplicas no se le escaparan de entre los dientes. Se agacho a su altura, justo lo necesario para que sus susurros fueran escuchados.- Lo que no sabes, hijo de perra, es cuanto te puedo hacer sufrir antes de que mueras...  Andrey, trae un balde lleno de agua.

El susodicho, anticipando la orden de su superior, ya tenía el balde listo.

-Te lo voy a preguntar una vez más, maldito ¿Por qué atacaste a Mila?- El silenco fue la única respuesta. Sin ninguna delicadeza, Calim lo arrojó al suelo, asegurándose que quedara arrodillado. Entendiendo las intenciones de su jefe, Andrey lo sujeto por la cabellera, y antes de que el sujeto pudiera entender que estaba pasando, hundió su cabeza en la cubeta.

Pasaron los segundos, hasta convertirse en minutos. El hombre comenzaba a pelear desesperado, pero Andrey no tenía intensión de soltarlo. Después, cuando estaba a punto de morir ahogado, lo sacaban del agua el tiempo suficiente para que llenara sus pulmones de aire, para volver a empezar de nuevo. 

Una y otra ves. 

Caleb observaba todo en silencio, una parte de él se espantaba ante la crueldad de la escena, pero había otra parte de su esencia que había nacido desde el secuestro, y cada día se hacía más grande. En ese momento podía sentir como su lado despiadado tomaba el control.

-¿Te gusta respirar, maldito?- Le dijo Calim  cuando saco su cabeza del agua. – A mí me parece justo, intentaste ahogarla, ahora debes sufrir lo mismo.- repitió el procedimiento, volviendo a privar al hombre del aire. 

-Le gusta llamarlo justicia divina.- Intervino Caleb, consiente de que el sujeto era capaz de escucharlo- Pero creo que en tu caso es más una venganza personal.

Andrey comenzaba a hacer fuerza para volver a hundirlo, cuando el sujeto comenzó a gritar.

-¡Esperen! ¡Hablare! Solo no sigan con esto.- Calim asintió en silencio, provocando que Andrey terminara con el movimiento que había comenzado. Lo dejaron menos tiempo bajo el agua, solo para que quedara claro que él no tenía ningún control sobre la situación.

-Habla.- Ordeno el jefe de la mafia

-Fue una mujer.- Dijo desesperado mientras intentaba recuperar el aire que le habían robado. –No dijo quién era, solo ofreció dinero y me dio el nombre de la víctima.

Corazón que SienteTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang