Capitulo 18

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En la semana que siguió, Jimin dejó que Eun-na pasara muchos ratos con Yong, cuando a la enfermera le parecía apropiado. A veces le llevaba a la niña y la colocaba encima de la cama, otras veces la vigilaban Marabel, Tilly o la enfermera. Al anciano le encantaban esas visitas. Hizo que Jungkook le comprara juguetes a la bebé y cada día le daba uno diferente, sin importarle el hecho de que fuera demasiado joven.

La miraba con avidez, acariciándole la mano o la mejilla con ternura. Se reía cuando la bebé sonreía y luego le contaba todo lo que hacía la niña a quien quisiera escucharlo.

Entre Jimin y Yong se produjo una tregua. Jimin intentó por todos los medios no irritarlo y él pareció sospechar que no le llevaría a la bebé si se metía con él.

Tristemente, Jimin reconoció que Yong era lo más parecido a un abuelo que Eun-na podría tener, excepto quizá por Chul. No recordaría a Yong  cuando muriera; la niña era demasiado pequeña.

Por las tardes, Jimin sacaba a Eun-na al jardín después de la siesta. Yang Mi se presentó en dos ocasiones. Cortó unas flores para colocarlas junto a la bebé y sonrió al ver que Eun-na se daba la vuelta sola por primera vez. La levantó en brazos y fue paseando con ella por el patio, enseñándole las flores y diciéndole tonterías.

Jimin se sorprendió la primera vez que Yang Mi apareció, pero hizo lo posible para evitar temas espinosos, como hablar del padre de Jungkook o del velero. Le intrigaba el creciente interés que Yang Mi mostraba por Eun-na. Le hizo ver que aquella mujer tenía un lado que Jimin creía inexistente. Pero ahí estaba la prueba.

Él y Yang Mi no se hicieron amigos, pero a Jimin le bastaba con que mostrara algo hacia la niña.

Jimin y Jungkook ya habían concertado una cita el fin de semana siguiente con una agencia que se dedicaba a vender pequeñas embarcaciones. Jungkook quería comprar algo que pudiera manejar el solo, sin tripulación.

Cuando iba a entrar en la casa la tarde siguiente, apareció Jungkook, que regresaba del trabajo. Dejó el pesado maletín sobre una mesa cercana y le echó los brazos a Eun-na. La levantó en el aire y le sonrió, con los ojos muy abiertos. Entonces la niña arrugó la nariz y sonrió.

Se va a poner mala de tanto moverla —dijo Jimin, riendo.

Le intrigaba el cambio que había experimentado Jungkook en las semanas que llevaban viviendo en su casa. Ya no agarraba a la niña con torpeza y parecía sentirse tan a gusto con la bebé como Jimin. Incluso se reía más a menudo, sobre todo cuando estaba la niña.

La agarró con un brazo y con el otro a Jimin. Todos los días le recibían a la puerta de casa cuando volvía del trabajo. Entonces corría con los dos escaleras arriba hasta que se metían en su dormitorio, colocaba a Eun-na sobre la cama con cuidado y luego
besaba a Jimin hasta que apenas podía tenerse de pie. Mientras se cambiaba de ropa, Jimin le contaba lo que habían hecho durante el día.

Amaba a Jungkook y estaba atesorando un montón de recuerdos para el futuro. Lo pinchaba y discutía con él y en secreto le declaraba su amor una y otra vez. Él nunca sabría lo mucho que lo amaba; era suficiente conque lo supiera él.

Kim Yong Geon, murió en la madrugada del sábado. La enfermera  despertó a Jungkook con la noticia.

Y entonces todo cambió.

Jungkook se vistió inmediatamente y fue a ver a su abuelo. Luego fue a darle la noticia a su madre. Yang Mi estaba desconsolada, aunque sabían que su muerte era algo inminente. Se encerró en su habitación y no quiso ver a nadie. Jimin la oyó llorar a
través de la puerta cerrada y deseó poder hacer algo para consolarla, pero sabía que Yang Mi no querría verlo.

Padre Por Acuerdo KookMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora