Capítulo 9

875 45 23
                                    

Arriba la esperanza :)

El resto del día no perdieron comunicación, se mandaban mensajes cada que querían decirse cosas bonitas o contarse algo, Mayte se quedó en casa ordenando algunas cosas y Manuel pasó el día con Lucerito pues José tenía otros planes, cuando el día llegó a su final ambos se fueron a la cama y como ya era costumbre se llamaron para acompañarse en lo que el sueño llegaba a ellos.

Manuel: Que tal estuvo tu día? -Preguntó mientras se acomodaba la almohada.

Mayte: Bien, estuve haciendo un montón de cosas en la casa -Le contó. Y tú? Que tal? -Preguntó con curiosidad.

Manuel: Pues yo estuve con la beba, después vi algunas cosas de trabajo y pensé mucho en ti -Le contó.

Mayte: De verdad mucho? -Sonrió.

Manuel: Todo el tiempo -Respondió.

Mayte sonrió de una manera que a él le pareció bastante dulce, amaba saber que era el único dueño de todas sus risas y todas sus noches.

Manuel: No sabes la calma que me da escuchar tu voz -Sonrió.

Mayte: Es una locura que podamos sentirnos tan cerca con sólo hablarnos -Dijo mientras se acurrucaba con su igor.

Manuel: Te voy a extrañar esta noche -Le confesó. Sé que suena extremadamente rápido pero ya me acostumbré a ti -Suspiró.

Mayte: Go, la verdad si es más cómodo dormir contigo -Sonrió nerviosa.

Manuel: Una noche de estas podría hacerte un espacio en mi cama -Se ofreció.

Mayte: Suena a una buena propuesta -Admitió.

Manuel: May, me puedes cantar tú esta noche? -Preguntó con la esperanza de que aceptara.

Mayte: Yo? -Preguntó extrañada.

Manuel: Si, no quiero hacer nada más que escucharte -Suspiró y cerró los ojos.

Mayte: Está bien -Se acomodó. Cuál quieres que te cante? -Le preguntó.

Manuel: La que tú quieras -Sonrió.

Mayte se quedó en silencio unos minutos y después de pensar en un par de canciones escogió una que le encantaba, una que hace mucho tiempo le había dedicado de frente aquella vez en el estudio, aunque probablemente él no se hubiera dado cuenta y a pesar de que ella ya lo hubiera dicho en repetidas ocasiones tampoco lo supiera.

Mayte: Dame una caricia
Dame el corazón
Dame un beso intenso
En la habitación

Dame una mirada
Dame una obsesión
Dame la certeza
De este nuevo amor

Dame poco a poco
Tu serenidad
Dame con un grito
La felicidad

De llevarte a la cima del cielo
Donde existe un silencio total
Donde el viento te rosa la cara
Y yo rozo tu cuerpo al final -Le cantó justo como en mismo sentimiento con el que le había cantado aquella vez.

Manuel se quedó en completo silencio escuchando como Mayte le cantaba, aunque pareciera que no él sabía perfectamente que esa canción había sido dedicada a él y eso la hacía aún más especial, le gustaba saber que siempre había estado presente en ella para inspirarla y que todo lo que sentía por él lo expresara en forma de canciones.

Mayte: Que tal? -Susurró una vez que terminó de cantar.

Manuel: Me encantó -Sonrió. Eres maravillosa, amor -Suspiró. Tu voz me da mucha paz -Dijo sinceramente.

Mayte: No seas exagerado -Se rió con cierto nerviosismo.

Manuel: Estoy hablando muy en serio -Le aseguró. Escucharte es un verdadero placer -Suspiró. Cantame otra -Le pidió.

Las vueltas de la vida Where stories live. Discover now