Capítulo 29

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Al día siguiente todo estaba completamente en calma y Manuel pudo llevar a Mayte de vuelta a su casa, en el camino se pusieron de acuerdo para decidir el día en el que se querían conectar para hablar con su público sobre lo que estaba pasando, al llegar a casa él se bajó pues se iba a quedar a desayunar con ella y después iba a llevarla a su ensayo.

Manuel: Estamos solos? -Preguntó.

Mayte: Si, Sarita solo viene cuando la llamo y con todo esto pues no se ha dado la ocasión -Respondió. Por? -Le preguntó.

Manuel: Porque tú me debes algo -Dijo mientras la abrazaba por la espalda. Ayer no quisiste porque estaba la beba -Susurró mientras besaba su cuello.

Mayte: Manuel, es que la niña duerme al lado de nosotros -Dijo seriamente.

Manuel: Y que tiene? -Preguntó mientras acariciaba su vientre.

Mayte: Cómo que qué tiene? -Preguntó mientras volteaba a verlo y se cruzaba de brazos.

Manuel: No íbamos a hacer ruido -Dijo mientras la tomaba de la cintura y la pegaba a su cuerpo.

Mayte: Deja de hablar y mejor vamos a la habitación que tenemos el tiempo contado -Jadeó mientras rodeaba su cuello.

Manuel tiró las llaves de la camioneta al sillón y Mayte dejó caer su bolsa al suelo, se besaron mientras que a pasos torpes caminaban hacia las escaleras, en ningún momento las manos de Manuel se quedaron quietas, estaba explorando el cuerpo de Mayte como si no lo conociera ya, tuvieron que separarse para hacer más fácil el camino a la habitación y en cuanto cerraron la puerta Manuel la acorraló contra la pared.

Manuel: No sabes cuánto te necesito -Susurró mientras besaba su cuello.

Mayte: Demuéstramelo -Dijo mientras mordía su oreja.

Manuel: Estás jugando con fuego -Dijo mientras acariciaba su cintura y alzaba su rostro para mirarla.

Mayte se mordió el labio y sin decir nada más Manuel, tomó sus labios en un apasionado beso, enseguida le quitó la blusa y acarició la suave piel de su espalda, Mayte a toda prisa lo desprendió de su camisa y acarició su pecho mientras seguía el ritmo de sus labios, él bajó sus manos a sus caderas y la pegó más a él, Mayte gimió sobre sus labios y llevó sus manos a su espalda para acariciarla, deslizó sus uñas por todo lo largo y Manuel se estremeció.

Manuel: De verdad tienes que ir a ensayar? -Preguntó mientras la miraba. Porque a mí se me están ocurriendo cosas mejores que hacer -Jadeó.

Mayte: Si -Asintió mientras sonreía. Ya perdí ayer -Dijo con la respiración agitada.

Manuel: Entonces vamos a hacerlo rápido -Susurró mientras apretaba su trasero. Sorprendeme -Dijo mientras mordía su labio.

Después de aquellas palabras comenzaron a caminar por la habitación hasta que cayeron sobre la cama y Mayte quedó sobre él, besó su pecho y su cuello mientras Manuel acariciaba sus piernas y su cintura, poco a poco el resto de la ropa que les estorbaba desapareció y estuvieron más que listos para darle rienda suelta a su pasión, se besaron hasta que el aire les hizo falta, se acariciaron sin dejar ni un pequeño espació sin ser explorado, cuando sintieron que el abismo del placer estaba cerca Manuel tomó a Mayte de las calderas y la ayudó a moverse sobre él, estaban hipnotizado al estar completamente a su merced y verla perdida por sus caricias lo volvía loco, Mayte buscó sus labios cuando llegó al orgasmo y después de unas cuantas embestidas más Manuel la alcanzó, completamente agotada y satisfecha Mayte se dejó caer sobre su pecho mientras él acariciaba su espalda en la espera de que sus reparaciones se normalizaran.

Mayte: Que buena mañana -Sonrió mientras escondía su rostro en su cuello.

Manuel: Así son todas mis mañanas a tu lado -Dijo mientras besaba su frente.

Las vueltas de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora