Capítulo 3.

121 9 4
                                    

Cuando bajamos a la primera planta, veo la casa llena de gente, era bastante predecible que mi papá no me haría caso, pero ya qué

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Cuando bajamos a la primera planta, veo la casa llena de gente, era bastante predecible que mi papá no me haría caso, pero ya qué.

Entre los invitados veo gente que conozco, socios de mi papá, amigos de mis hermanos, algunas personas de la familia y a él.

George.

Luce un esmoquín azul rey, con una camisa blanca sin corbata. El traje se acopla perfectamente a su cuerpo, define sus hombros anchos y resalta con su piel pálida, ojos y cabello claros.

Nota que lo miro y desaparece del alcance de mi vista, no intento buscarlo pues algunas personas se acercan a saludarme y darme la bienvenida a Londres, preguntan por mis estudios y las cosas que hice en Madrid, doy mi mejor sonrisa y respondo con educación, pero no me interesa hablar con estas personas.

Solo pienso en la actitud de George, no creí que me recibiría con los brazos abiertos después de nuestra despedida, pero tampoco que tendría una actitud de indiferencia, es como si mi sola presencia le molestara y me carcomen los pensamientos de la última vez que lo ví.


(...)
Flashback



Había discutido con George exactamente hace una semana y no parecía que quisiera hablar conmigo, lo que me rompía el corazón después de haberle confesado que estaba enamorada, solo se fue, dejándome sola y pensando en que había cometido la peor estupidez de mi vida.

En toda la semana solo dormía y estaba en mi habitación, pero ese día fue distinto.

Eran las 12 pm y un número desconocido llama a mi celular, contesto y luego de una charla de unos 20 minutos cuelgo.

La oportunidad de mi vida se había presentado, ir a España por un año, había ganado una beca increíble luego de intentarlo dos años. Lo pensé todo el día, hablé con mi familia y todos estuvieron de acuerdo con que fuera, sabían lo mal que estaba por lo que dijeron que si eso me hacía feliz lo hiciera.

Por la noche, cuando estaba por dormir, alguien golpea la puerta de mi habitación, leía por lo que no presté atención a quién era y solo respondí que pasara. Era George, con una cara igual o peor a la mía, parecía que había llorado demasiado y se veía triste como nunca antes. A pasos apresurados se acercó a mí y me abrazo, lo abracé devuelta aunque no entendía qué estaba pasando.

<<Quizás quiere disculparse>>

Hey, ¿Qué pasa? – hablé suavemente intentando darle al menos un poco de tranquilidad.

– Lo lamento tanto. Escuché que te irás, por favor no lo hagas, no me dejes – me separé de él sin poder creer lo que decía.

– George, no puedes pedirme esto, después de años te dije lo que siento y tu solo te fuiste dejándome sola – las lágrimas amenazaban con salir y solo intentaba no llorar.


(...)



De un momento a otro me encontré casi corriendo entre los invitados con una sonrisa fingida, apresurandome hacia el jardín en búsqueda de aire.

Cómo si el viento pudiera llevarse todo lo que tenía acumulado desde hace un año. En mi mente reí, pues era absurdo pensar eso, no dejaría de doler tan fácil, no si ya había pasado un año y cada día dolía aún más. Me abracé a mi misma, como si estuviera intentando unir pedazos de mi corazón.

De pronto la puerta se abrió trás de mi, volteo y veo a George con una expresión de tristeza y frustración. Se da cuenta de mi presencia y más aún, de que lo miro.

– Lo siento, no sabía que estabas aquí – dice y su gesto demuestra que su frustración se demarc aún más.

– Descuida, ya iba a entrar – camino y paso por su lado para volver a casa, pero toma mi mano y detiene mi andar.

– Lo siento Juliette  que raro se siente escucharlo decir mi nombre – en serio lo lamento.

– No hay nada que lamentar, ni nada por qué disculparse – tomo su mano suavemente y hago que me suelte – ya fue, supongo que por algo pasa todo.

Si lo pones en esa perspectiva solo buscas ver un lado bueno a que ambos nos rompimos el corazón, Juliette – sonrío un poco o al menos eso intento.

– Qué raro se siente escucharte decir mi nombre ahora, parece como si a penas me conocieras y lo irónico, es que a pesar de conocerte hace tanto, comienzo a pensar, que yo a penas te estoy conociendo a ti. – finalmente digo lo que he estado pensando y camino en dirección a la casa, pero detengo mi andar para hablar nuevamente – disfruta la fiesta George – y continúo mi andar.

 – finalmente digo lo que he estado pensando y camino en dirección a la casa, pero detengo mi andar para hablar nuevamente – disfruta la fiesta George – y continúo mi andar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me dio penita escribir este capítulo 👊🏻😔

Pero bueno, voten y comenten babys ❤️

XOXOXO

Perspectiva | George RussellWhere stories live. Discover now