Capítulo 2: ¿De mi vecina?

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— Gracias, doctora. — sonrió débilmente mirándome. —

Sentí como mi corazón se paró al escuchar lo que dijo.

— Rubí... ¿Estás bien...? — susurré...—

— Si... ¿Pasa algo malo? — frunció el ceño mirándonos a ambas. — 

— No, no, no...  — añadió Dorothy.—

— La doctora se puso seria... 

— Rubí, no te preocupes por nada. Está todo bien. — Dorothy tomo mi brazo. — Acompáñame a fuera.—

Rubí no recordaba. Solo recuerda estar parada junto con la señora Ágata y Esme, en frente del edificio corona. Todo lo que pasó en estos meses, su memoria lo había borrado. Llevaba más de una hora intentando asimilar todo lo que estaba pasando. Cierro mis ojos pensando que solo es un sueño. Un maldito sueño, una maldita pesadilla y que en cualquier momento me despertaría. 

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por Dorothy.

— ¿Te puedo decir algo? — asentí, y se sentó a mi lado. — No puedo decirte que no tengas motivos para preocuparte. 

— ¿Está mal, no...?

— Es verdad lo que dicen los médicos. Con el cerebro, nunca se sabe...

— ¿Qué me quieres decir?

— Las lesiones cerebrales son un misterio. Para la medicina también...

— Rubí no me recuerda. Lo único que quiero es saber como hacer para que recuerde.

— La última palabra no está dicha. Pero quiero que estés preparada por las dudas.

— ¿Me dices eso, por qué puede ser que no recuerde nunca más...?

— Si. — dijo asintiendo. —

— ¿Y si pasa eso, qué hago...? — me encogí de hombros limpiándome las lágrimas. 

— Por lo que he escuchado de ti en este tiempo, y por la familia, ella te ama...

— Ahora no lo sé... 

— Yo creo que si hubo amor, es muy difícil que ese amor quede desvanecido en el aire. En algún lugar tiene que ir.

— Está aquí... — llevé mi mano al corazón.—

— Por eso es muy importante que creas.

— Si... Gracias... 

— ¿Quieres pasar...? La mamá y su hermana, ya entraron a verla.

Hice el mismo recorrido que antes, hacia su habitación... Pero esta vez, era un camino distinto.

— Hola... — dije en la puerta.—

— Hola... — dijo ella.—

— ¿Puedo pasar? 

— Si... — cerré la puerta, y me acerqué a los pies de su cama.—

— ¿No sabes como me llamo yo, no? — negó. — Maca. Macarena Correa. Y no soy tu doctora.

— Estoy un poco aturdida todavía... ¿Quién eres...?

— Tú novia. Yo iba a tu lado en el accidente...

— ¿Nosotras...?

— Si... — me acerqué a su lado intentando tomar su mano, pero rechazó mi tacto... —

— Lo siento... Pero no te conozco...

..........

Estaba en frente de mi la enfermera. Se llama Dorothy. Y es la que me ha estado atendiendo todo este tiempo, junto con la doctora Lauren.

— Macarena estuvo aquí, desde el primer día. Todos los días viene, junto con tu mamá y tu hermana. Y también te trae flores... — vi como me acercaba el ramo, y lo ponía en la mesita al lado mío.—

— No puede ser que no la recuerde, si nosotras dos estamos juntas...

— No te presiones, Rubí. Evidentemente estás teniendo problemas con el pasado reciente. Con los recuerdos que son más nuevos, y que todavía no están bien aferrados a la memoria a largo plazo.

— ¿Entonces...?

— Paciencia. Deja que el tiempo vaya haciendo lo suyo.

No me acordaba. Intento recordar algo relacionado con este último tiempo, pero todo está en blanco... Solo recuerdo estar con mi madre y Esme, en un edificio esperando a entrar para comenzar de nuevo allí. 

Sonreí viendo entrar a mi hermana. Se acercó, y besó mi mejilla.

— Es tarde, Esme... 

— Lo sé, sis. Pero quería verte a solas. — sonreí.—

— Que linda sonrisa. Como la extrañaba...

— ¿Te puedo pedir un favor?

— Lo que quieras, sis.

— Estoy incómoda con el pelo así. ¿Puedes hacerme una trenza?

— ¡Claro que si! — reímos mientras me peinaba.—

En este ratito que estuvimos a solas, le hice muchas preguntas sobre los últimos meses. Pero Esme no me respondía a casi ninguna. Me decía que tenía que ir poco a poco.

— Dejemos el interrogatorio para otro momento. Vamos a tener todo el tiempo del mundo.

— Una pregunta... — tomé su mano.—

— La última... — sonrió.—

— Macarena... — susurré.—

— Maca Correa... — río. — Estás enamorada de Maca. Ese es tu amor.

— Entonces me dijo la verdad...

— Maca, siempre dice la verdad.

— ¿Y cómo la conocí...?

— ¡Es nuestra vecina! 

— ¿Me enamoré de mi vecina? — rio de nuevo viendo mi cara de confusión.—


..........


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¡Nos leemos pronto!







AMAR DESPUÉS DE AMAR |RUBIRENA|Onde histórias criam vida. Descubra agora