Fui detrás de Rubí, después de que salió apresuradamente del garaje. No pude no seguirla. Necesitaba preguntarle algo.
— Rubí, espera. — ella se paro y se giró. Me acerqué a ella. — ¿Qué te pasa conmigo? Tengo la sensación de que me miras distinto, que me hablas distinto. ¿Cambió algo entre nosotras? ¿Me explico? — ella negó. — ¿No me explico?
— Si, si te explicas. No cambió nada entre nosotras. — dijo rápidamente.—
— Entonces estoy confundida...
— Estás confundida porque yo estoy confundida y te confundo. — me aguanté como pude las ganas de reír. — Es que desde mi confusión, te doy una idea que no es.
..........
Mi hermana Esme y yo, charlábamos de camino al penthouse. Ella reía mientras le contaba la conversación que tuve con Maca.
— Ella se da cuesta porque yo me pongo nerviosa, Esme. No se que hacer, digo cualquier estupidez. Ella me detuvo después de que me fuera, y verla así, me puso nerviosa. No sé la cantidad de estupideces que le dije y me volví a ir.
— Ella se da cuenta, de lo que a ti te pasa.
— ¿Sabes qué es lo peor? Que cuando la tengo en frente, ella me pregunta lo que siento, porque se da cuenta, y yo se lo niego. Se lo sigo negando. Estoy perdida, Esme.
— No. Por fin te estás encontrando. Y lo que tienes que hacer, es decirle a Maca lo que tu sientes por ella.
— No sé si puedo hacer eso.
— Si. Porque no puedes estar más encendida por ella. — dijo riéndose.—
Después de la conversación con Esme, fui al departamento de Sergio. Sabía que Maca estaba ahí.
Toqué el timbre, pero no era Maca...
— Hola, Rubí. — dijo Lauren vestida solo con una toalla.—
— Hola... Vine... — me interrumpió.—
— A ver a Maca, me imagino.
— ¿Ella está?
— Si. Pero no te va a poder atender. — dijo mirando a la habitación. — Dime lo que le quieras decir, y yo se lo digo.—
— No es nada urgente. Gracias, igual. Y, discúlpame por la interrupción.
— Rubí, yo creo que deberías de dar un paso al costado. Maca y yo, estamos empezando algo. Y tú, elegiste no estar con ella. La hiciste sufrir, mucho.
Asentí, y me fui.
— Ya está. Me lo merezco. — le dije a Esme volviendo al penthouse. — Trate mal a Maca, la hice sufrir, la traté con frialdad, entonces entiendo a Lauren. Entiendo lo que hace porque ella la quiere cuidar de mi. Lo entiendo. Estoy haciendo lo que puedo para...
— No llorar. — acabó la frase mi hermana. — Esas lágrimas, no tienen razón de ser. — nos abrazamos.—
— Esme, estaban en su casa solas. Estaban en la intimidad de una pareja.
— Eso es lo que Lauren quiere que tu veas.
— Lauren no sabía que yo iba a ir.
— Pero es que tu no las viste.
— No. Lo único que me faltaba a mi, era verlas de esa manera.
— No digo eso...
— Ya está. Son novias.
