Capítulo 13: Secuestro.

740 84 28
                                    


— ¡Por fin estás enamorada de Maca! — volvió a gritar Esme.—

— No te digo nada, porque no se que decirte...

— No digas nada. Los celos no son buenos consejeros porque son enfermizos... Pero en tú caso, bienvenidos los celos.

— Yo nunca fui celosa, Esme. Jamás me puse celosa de mis ex.

— Cero comparación, sis. Lo que pasa entre Maca y tú, es algo arrasador, que está volviendo.

— Es difícil todo esto, porque yo siento celos por Maca, pero no recordé. No recordé ese amor que dicen que yo sentía por ella.

— Eso es algo, que pasó en el pasado. Esto que te pasa, te pasa en el presente. Tú viste a Maca con Lauren, y tu corazón gritó: No. Maca es mía.

— Yo vi a Maca con Lauren, y en ese primer impulso, la hubiera agarrado, y me la hubiera llevado lejos.  — ella rio. — Esme, ¿por qué todo tiene que ser tan difícil...?

— No... Quizás todos te la hicimos difícil. Estuvimos muy encima tuyo, presionándote, para que sintieras, para que recordaras... 

— Eso es verdad...

— Quizás tendríamos que haberte dejado más a tu aire, más tranquila. Pero sis, está ocurriendo, lo que tendría que ocurrir.

— Me sigue sorprendiendo que sienta algo por Maca...

— Y a mi me sigue sorprendiendo, que no te des cuenta que Maca es guapísima. — tomó un sorbo de café. — Sis, no me digas que el accidente te dejó problemas en la vista. — reímos.—

— Maca es muy guapa...

— Y sexy... — la miré detenidamente. — ¿Me vas a negar que es sexy? Está para... — la interrumpí.—

— ¡Esme! — volvimos a reír. —

— Siempre me contabas todo lo que sentías por Maca. Tus miedos, tus inseguridades, tus temores...

— Si. Y tu siempre me decías; Sis, tienes que seguir a tu corazón. 

— ¿Lo recuerdas?

— No hace falta, te conozco. 

— Si, y yo te conozco a ti. Y hay algo que yo sé, que te puede ayudar a disolver esa barrera de hielo, que pusiste entre Maca y tú.

— ¿Qué es...?

— Tú misma, sis. Eres tú. Tu superaste tus propias diferencias. Y ahora, te voy a contar una historia. 

— ¿Una historia? 

— Si. La de ustedes. 

Sonreía, mientras me contaba todo lo que viví con Maca desde que nos conocimos...

— Maca te enseñó a vivir de una manera más intensa. Y tú a ella.  

— ¿Y qué tengo que hacer...?

— Puede que tu cabeza no recuerde cosas. Pero sis, tu corazón está respondiendo. No la trates con esa frialdad, con la que la tratas. Ella sufrió mucho. Y hayas visto lo que hayas visto, entre Maca y Lauren, lo que ella ve es a ti. Es a ti, quien necesita a su lado.

...........

Mi hermana Jose había desaparecido. 

Gideon y los demás policías estaban tomando declaración a todos en el edificio. Tenían las sospechas, de que fue alguien cercano a Renato. Pero yo no estaba tan segura...

Estaba sentada en el sillón, esperando noticias. Pero esas noticias no llegaban. Me levanté nuevamente caminando de un lado a otro.

Rubí se acercó a mi.

— Quiero que sepas, que puedes contar conmigo. 

— Gracias. — limpié mis mejillas. — No te haces una idea de lo importante que es para mi, que tú me quieras ayudar. Te juro que le llega a pasar algo a la Jose, y me muero...

De pronto, sentí sus brazos rodearme lentamente. Me costó responder a ese abrazo que tanto necesitaba, no me lo esperaba... Dicen que un abrazo es rodear a alguien, como muestra de afecto. Pero lo que sentía al tenerla entre mis brazos de nuevo, era algo indescriptible. Respiré su aroma. Lo había necesitado tanto en este tiempo... Mis manos temblaron ligeramente al rodearla de vuelta. Sentir el calor de su espalda entre mis manos, la suavidad de sus caricias en mi espalda... 

— Todo va a estar bien. La vamos a encontrar. Jose va a estar bien... — susurró...—

— Maca... — nos separamos viendo a la señora Ágata. —

— ¿Si?

— Fue German. El también secuestró a Pipe.

Salí corriendo hasta el departamento de German, pero ya no había nadie. Solo estaban los policías buscando indicios de hasta donde pudo habérselos llevado.

— Llegamos tarde. — dije dándole una patada a la mesa.— 

Rubí se acercó a mi. 

— ¿Sabes lo qué siento? — dije apoyándome en la mesa. — Miedo. Nunca en mi vida había sentido tanto miedo.—

Bajé la vista a una de mis manos, al sentir el calor de la mano de Rubí tomando la mía.

— Vamos a encontrar a Jose. — acarició mi mejilla limpiando las lágrimas. — No vas a bajar los brazos, justamente tu.

— No, eso nunca. Aunque me esté muriendo, nunca voy a bajar los brazos.

Segundos después fuimos al departamento de Miguel dado que lo vieron con German hace una hora. Algo no iba bien, porque el tampoco se encontraba allí.

Fuimos de nuevo al penthouse. Mi padre y yo nos abrazamos fuertemente. 

— Tranquilo, papá. Jose va aparecer. Y va aparecer porque lo siento en el corazón. Ella es una guerrera, es lista. La vamos a encontrar papá. — acaricié sus mejillas. — Tienes que ser fuerte por ella.—

Poco después, también llegó Lauren. Se encontraba con mi padre revisando que se encontraba lo más tranquilo posible. 

— Gracias, Rubí. — me acerqué a ella.—

— No tienes que agradecerme nada.

— Si, tengo que agradecerte todo lo que estás haciendo por mi. Estás conteniéndonos a todos. De verdad, muchas gracias.

— Estoy haciendo lo que siento. Jose también es muy importante para mi. Me alegro, que haya venido Lauren. — fruncí en ceño. — Por Sergio. — asentí mientras se alejaba hacia Ágata.—


..........


¡Nos leemos pronto! ;)







 


 


AMAR DESPUÉS DE AMAR |RUBIRENA|Onde histórias criam vida. Descubra agora