IV

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El ritmo en que Kagaya mejoraba era alentador, ahora podía salir a ver a sus hijas jugar en uno de los jardines con Amane a su lado sin que ella se encargara de ser su soporte como cuando su enfermedad lo iba degradando.

Ver las sonrisas en sus hijas y su pequeño le daba al líder de los cazadores fuerzas para luchar contra el instinto y todas las voces que resuenan en su cabeza.

—Lamento haber perdido la voluntad de seguir, de haber continuado habría sido de ayuda y de no ser por usted... Habría perdido a Kyojuro también– Shinjuro no pudo esperar más, había estado esperando noticias de Kyojuro desde que supo de la gran pelea y al no recibirlas temió lo peor, fue junto a Senjuro hasta el cuartel y recibió explicaciones del mismo Kagaya.

—No te lamentes, Kyojuro ha crecido mucho desde que tomó tu lugar, es realmente hábil y energético– Shinjuro comprendió la situación del nuevo demonio de origen y la acepto al tener la certeza de que Kagaya sería capaz de soportar el peso de serlo hasta que su técnica de sangre ya no fuera necesaria. A su seguridad se sumó el hecho de que Kagaya le afirmara que ese mismo día podría hacer crecer a uno de sus niños.

°°°

Para Tanjiro era algo perturbadora la habilidad de Zenitsu para "domar bestias". La primera vez que lo había ido a ver casi prefería no entrar porque no paraba de gritar y discutir con mini Tengen; la última vez los gritos eran entre Zenitsu, mini Tengen y mini Inosuke.

Ahora todo era completamente diferente. Con Tengen sentado en su regazo, dejándose pintar las uñas de verde y rojo por Zenitsu y además Inosuke tirado en el suelo haciendo garabatos porque Zenitsu le intentaba enseñar a escribir —Hola Inosuke–.

—Gonpachiro hola– el habla había mejorado tanto que con suerte dentro de poco se dejaría bañar.

—Tanjiro ¿dónde dejaste al solecito?–.

—Está haciendo estiramientos y colgándose de árboles. Su padre y su hermano vinieron a verlo y ahora que su hermano es más alto Kyojuro piensa que se está quedando enano, así que se quedó en eso con Shinobu que también quiere crecer y Giyuu que la sigue a todas partes–.

—¿Me estás diciendo que sólo vienes a vernos porque Kyojuro se despegó de ti? Y oye ¿no te parece cruel dejar que la señorita Kocho haga ese esfuerzo?– el pequeño lechoncito lo salvó de contestar a eso cuando se levantó y le llevó a Zenitsu la hoja en la que estuvo garabateando.

No tuvo que verla más de dos segundos para saber que fallaría su estrategia de hacer que Inosuke se disculpara con Aoi mediante una linda carta.

—Eres todo un caso lechón, esa nena no va a perdonarte así– Uzui era el niño más extraño, grosero y precoz, muy típico de él. Incluso era el único que "sabía la verdad" de los demonios, la lucha y su encogimiento a niño porque nadie le dijo a Zenitsu que no debía soltarle todo eso a los niños, pero igual Uzui no terminaba de creerlo.

Parecía dormir mucho tiempo y cuando despertaba se quedaba a escuchar las historias de Zenitsu sobre los cazadores y cómo sería cuando creciera. Igual prefería pensar que un hombre le había aventado polvos mágicos para hacerlo chiquito a seguir creyendo que en cualquier momento aparecería alguien de su clan para llevarlo de vuelta a casa.

—¡Monitsu, ayúdame ahora o te muelo a golpes–.

—Falta enseñarte modales– dejó las pinturas para las uñas a un lado —Muy bien, prepárate para aprender el máximo secreto de conquista del gran Zenitsu–.

—Creí que sólo quería disculparse–.

—Silencio, puede que también te sirva con Kyojuro para cuando vuelva a ser grande– lo dudaba en realidad, Zenitsu no suele tener buena suerte cuando se trata de conquistas —Andando esclavo, ayúdame a llegar al jardín principal–.

Mis niñosWhere stories live. Discover now