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2 ᴍᴇꜱᴇꜱ ᴅᴇꜱᴩᴜéꜱ.
Caminaba por el pavimento sin prestar atención, su mano izquierda iba siendo ladeada de adelante hacia atrás demostrando la emoción de la persona que se prendía de ella, mientras que su mano derecha sostenía su teléfono el cuál miraba para comprobar si llegaban justo a la hora acordada.
Un pequeño bolso que contenía una muda de ropa y objetos personales iba colgando de su hombro derecho, por otro lado, sus maletas iban siendo arrastradas por el chofer que las había traído al aeropuerto. Era de madrugada, tenía sueño, estaba nerviosa por el vuelo y ni siquiera se había molestado en ponerse una ropa que estuviera acorde a la persona mundialmente conocida que era por su trabajo. Simplemente era Eda siendo Eda, y no Eda la arquitecta paisajista socia de una empresa internacionalmente famosa.
Kiraz parecía haberse comido kilos y kilos de azúcar por la forma tan hiperactiva con la que iba caminando, o más bien dando saltos, a las 3 de la madrugada. Es como si no se hubiera despertado hace media hora y no siguiera con su pijama rosa palo puesto. Sus ojos estaban achinados por haberse levantado de un sueño de 6 horas pero no parecía estar descontenta por la interrupción en plena madrugada y su gran sonrisa y entusiasmo eran prueba de ello.
Su madre era un caso a parte, estaba de mal humor por el poco sueño que había logrado concebir y más aún se enfadaba al saber que debería estar en un vuelo de casi 11 horas en el que probablemente no dormiría por estar preparándose para el trabajo por el cual viajaban y, además, no le hacía nada de gracia tener que estar encerrada en un lugar pequeño por tanto tiempo y con 9 personas más.
A las siete y media de la mañana de Nueva York tenían que asistir a una reunión en donde harían la presentación oficial de proyecto del centro comercial en Ankara, en el cual habían estado trabajando los últimos dos meses. Hubo mucho estrés, frustración y cansancio de por medio, pero por fin habían concluido la visión futurista de como quedaría el establecimiento. Y más allá del disgusto por viajar a otro continente sólo por una presentación, todos se sentían realmente felices por lo que estaba por venir. Art Life estaba sumando mucho reconocimiento y con este proyecto triunfaría aún más no sólo por la fama, sino también, por la economía que se había estado acrecentando el último tiempo, dándose la posibilidad de la construcción de una sede.
Para el viaje contaban con la presencia de Engin y Piril junto a su hijo Can a quien sí o sí debían traer, también Ceren por si llegaba a pasar algo legal, Erdem y Leyla como asistentes, Ferit porque debían estar todos los socios presentes y Selin que más allá de ser relaciones públicas - y cubrir todo sobre la publicidad de la empresa y el proyecto - iba por ser pareja de Serkan.
