mejor suerte la próxima vez.

802 93 18
                                    

Subimos a la sala de estar y ella me trajo un café para poder tomar algo, ya que antes no había comido nada. Se sentó al frente mío, esperando a que hablara de lo que ví allá abajo.

-bueno... Estaba a punto de limpiar el lugar, cuando veo un muñeco de madera, se parecía a mí... Sabes, tuve curiosidad de verlo más de cerca y al parecer, eso fue mi error. Las luces se cortaron luego de eso y avancé con la linterna de mi teléfono, llegue a una puerta con luz y al abrirla, ví un hombre colgado y desnudo, quería vomitar pero de un segundo a otro ya no estaba.- le conté a Donna, la cual me escuchaba pero su velo la estaba molestando un poco.

-tambien, al salir de esa habitación, ví un pasillo largo, donde las luces eran azules, la cuestión de ese pasillo era que, si te desplazabas muy rápido las luces se volverían rojas y un montón de manos intentarán matarte, al menos pude caminar lento pero cuando estaba en la mitad, una criatura grotesca estaba detrás mío siguiéndome, no podía aguantar más la desesperación de que la criatura estuviera siguiéndome y le apunté con el arma que parecía cargada, pero no fue así.- le termine de contar, ella expresó su sorpresa con un gesto de sus dedos, pero su velo no dejó ver su rostro, pero supuse que estaba sorprendida igualmente.

-hey, ¿Por qué no te quitas el velo? No creo que debas de ocultarte así todo el tiempo, sabes.- le dije, cuando ella giró la cabeza con duda.

-no... No me gusta que me vean...- dijo ella, agachando la cabeza, pero en eso, Angie actuó y le quitó el velo, fue un acto sumamente malvado y tenía malicia en su rostro de muñeca pero mi sorpresa fue mayor al ver su rostro, tenía unas bolas en forma de hongos en su ojo derecho.

la otra parte de su rostro era demasiado hermoso como para ser una humana, ella me quedó viendo con demasiada vergüenza y miedo, tapándose asi con sus manos.

-oye tranquila... Eres... Hermosa, sabes.- le dije, tratando de ver por más tiempo su rostro.

-no...no digas eso de mi... Soy un monstruo...- dijo ella, casi soltando lágrimas.

-hey hey, no llores, tu no eres un monstruo... Nunca he visto una mujer como tu, eres muy linda.- le dije, ya de pie y dirigiéndome a ella.

-mientes... Soy demasiado horrible para la gente... Soy un monstruo...- seguía diciendo Donna, ya llorando. La tomé del hombro, ella volteó a verme, podía ver su rostro a mejor detalle, podía tener esos hongos en su rostro pero ella era hermosa, me parecía más hermosa que la mayoría de mujeres que he visto y veré, de eso yo podía estar muy seguro.

-mirame, por favor, ¿Por que ocultar tu belleza? Si te soy sincero... uhm... Creo que tu belleza me ha dejado embobado... No lo sé, creo que eres muy bonita.- le dije, algo vergonzoso al decir aquello, ella me miraba con su ojo en lágrimas, se levantó torpemente a abrazarme y yo le correspondí su abrazo.

-nadie había... Dicho eso antes de mi...- me dijo ella a mi oído.

-porque nunca has dejado que nadie te vea Donna, eres realmente preciosa.- le dije, haciendo que ella me abracé más fuerte, tras un rato ella soltó mi cuerpo y se puso firme, al parecer había tomado una decisión.

-creo que tienes mucha razón... Debería de... Mostrarme más a la gente...- dijo ella, sin soltar mis manos y recién me había dado cuenta de aquello, ella sostenía gentilmente mis manos pálidas.

-bueno... Ya creo que podrías de..-trataba de terminar mi frase pero el segundo y fuerte abrazo que Donna me dió cortaba mi respiración, la tuve que agarrar de su abdomen para detenerla pero ella se detuvo antes de que yo actuara y puso sus manos en su abdomen, ¿De verdad leerán mentes?

-bueno... ¿Seguirás usando tu velo?- pregunté, mientras recuperaba el aliento.

-creo que... No, pero será difícil... No lo sé, contigo dejaré de usarlo... Me has dado mucha... Confianza.- dijo ella mientras se sonrojaba.

Luna llena [Corrigiendo ortografía]Where stories live. Discover now