❛Gamma❜ sunki

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El día era hermoso, si, despertó con una sonrisa y el cabello enmarañado, era sábado, suspiro aliviado levantándose de la cama y mirándose al espejo, que raro, tal vez comió muchos brownies anoche, sentía que su parte baja estaba más ancha, pero no era mucho que notar.

Bajo descalzo viendo a su padre omega, era más bajito que el por apenas un centímetro, lo abrazo y le dio palmaditas en su espalda.

"¿Cómo estás pequeño? Recuerda que hoy no vas a poder salir de tu cuarto, ya sabes... Es tu gran día." El pequeño asintió recibiendo una pesada bolsa llena de comida. "Esto es para tu día de hoy y mañana, seas alfita, o omega. Debes alimentarte bien, ve pequeño, mucha suerte."

El menor simplemente camino a su cuarto cerrando con seguro puertas y ventanas, ahora solo quedaba esperar, también probar el omelette que papá Tae le había echo.

Disfrutaba del sabor, era rico, su padre omega siempre supo cómo concentir a su barriguita, su padre beta era bueno cocinando, pero no tenían una buena relación.

Beomgyu siempre fue demasiado sobreprotector con el, no le gustaba que otra persona se acercase, le pidió que se cuidase, en especial de los alfas que lo hacían menos por venir de una familia tan peculiar, Riki era carismático, muchos alfas le cogían cariño y respeto por eso, peor aún así odiaba como Beomgyu le pedía alejarse de todos sus amigos.

Toda su presentación la paso con la imagen del omega pelinegro en su cabeza, imaginaba un futuro a su lado, si, era la típica imagen de la pareja con los dos cachorritos, un gato, un perro y un hámster... Pero en un momento todo desapareció.

"Mierda..." Conocía gracias a sus padres que la lubricación era natural en la presentación, algunos betas tenían una momentánea lubricación como la de los omegas, pero solo sucedía una vez en lo que sus hormonas se acomodaban para lograr su neutralidad, se sentía avergonzado, aunque bueno... Sunoo no era de gustar de alfas después de todo.

Todo se derrumbó para el pequeño cuando... Eso no paró, al contrario, se hizo más fuerte, no siquiera podía traer puestos sus pantalones porque quedaban simplemente inservibles para otro día, se sentía humillado, esa noche fue la peor, se negó a aceptar su naturaleza y eso empeoró el asunto.

Sus gritos iniciaron, ahora sí cuerpo ardía, su lobo chillaba al ser rechazado, parecía como si el se aferrara a el, pero después de todo podía ser por lo otro, TaeHyun no pudo entrar a ala habitación, el dulce olorcito a crema de mantequilla le era intolerable.

"¿Pequeño, estas bien? ¿Necesitas algo, una pastilla para el dolor, un té?" Susurró buscando calmarlo, el pequeño asintió a la segunda, un te de manzanilla lo durmió, pero cuando despertó estaba en el hospital.