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A la mañana siguiente, Chris despertó por el sonido de su celular sonando. En cuanto se fijo que su celular no andaba cerca, decidió pararse, siendo detenido por el peor dolor de espalda de su vida. Y allí recordó todo.

Su cara se pinto de mil tonalidades de rojo, pues anoche ni él ni Minho estaban borrachos, por lo que podía recordar cada detalle, vívidamente. Y el dolor en su culo no hacia mas que recordárselo. Hablando de Minho, se giro para buscarlo en la cama, pero no lo encontró, por lo que asumió que estaba en la cocina por el sonido de algo cocinándose.

Su celular volvió a sonar, haciéndole quejarse al darse cuenta que debía pararse y contestar, pero se le hacía algo difícil esa tarea.

En cuanto estaba por ponerse de pie, vio a Minho entrar a la habitación con una bandeja y el desayuno en esta. Volvió a sonrojarse y Minho se echó a reír por eso.

– ¿Te duele mucho? – pregunto sarcásticamente – Te traje el desayuno para recompensarte por eso.

– ¿Podrías pasarme el celular? – pidió Chris. Minho dejo la bandeja a un lado de la cama, siendo la comida en esta rápidamente atacada por su destinatario. En cuanto tuvo el celular en sus manos, se atraganto. Eran llamadas perdida de sus amigos y mensajes de ellos, preguntando si le dolía mucho el culo, si pudo follarse a Minho o preguntando si al menos llego a algo.

Por supuesto que había llegado a algo, pero no llego a lo esperado.

– Si vas a tener una crisis, al menos tenla después de desayunar – le recomendó Minho. Ahora que lo veía pausadamente, el menor no tenia camisa, solo un pantalón de pijama gris que no dejaba nada a la imaginación.

¿Eso cupo en mi culo? Se pregunto. No lo malentiendan, Chris se sabia bien dotado de su entrepierna y jamás pensó que Minho fuera incluso un poco mas grande que él. Otro golpe a su orgullo.

– Pues disculpa, no es fácil asumir que ayer fui tratado como una perra cuando me follaste – se quejo indignado. Minho solo se echó a reír.

– Si me hubieras dicho que no lo hiciera o yo hubiera visto que no te gustaba lo que hacía, créeme no te hubiera tratado así.

Pues ahora que lo pensaba, no es como si él hubiera puesto un parado o se haya quejado.

– Aparte, se te noto bastante a gusto mientras te trataba como una perra – le recordó Lee –. Incluso tus gemidos y el que hayas roto mi almohada con tus dientes, lo comprueban.

Bien, ahora sí, moriría de la vergüenza.

– ¿Si sabes que no tienes nada de que avergonzarte, cierto? – pegunto Minho, tomando de su café – Se supone que somos dos adultos perfectamente capaces de disfrutar de nuestra sexualidad sin reprimirnos, ¿aun sigues con ese complejo de activo?

– Créeme, ya no – mordió una de las tostadas, mirando a la cara Minho mientras hablaba –. Es solo que es raro para mí. Aunque no negaré que me gustó.

– Eso es evidente.

– Cállate, pendejo – Chris termino de comer en silencio. En cuanto dio el ultimo bocado, le entrego la bandeja a Minho, pidiéndole permiso para utilizar su baño. En cuanto entro en este, con su ropa de ayer, se miró en el espejo.

Sus ojos se abrieron mucho al ver su reflejo. Tenia el cuello y el pecho lleno de chupetones, también su abdomen y (ahora que bajaba la cabeza y podía verlos) sus muslos. Además, su cuello tenia ligeras marcas de cuando Minho lo ahorco, sorprendiéndose a sí mismo al encontrar que la idea de repetir esa acción no le desagradaba mucho.

Ya para que negarlo, le había encantado ser el pasivo.

Maldito Jinyoung, tenias razón, pensó.

Estaba listo para las burlas de sus amigos al día siguiente. Ni siquiera trataría de ocultar lo evidente, no cuando su cuello parecía haber alimentado a todo un clan de mosquitos y cojeaba por el dolor en su trasero.

Cuando salió y noto a Minho en la sala con ropa para salir, se hizo notar. Minho alzo la mirada, levantándose.

– ¿Listo? – solo asintió ante eso. Si, aun tenia vergüenza – No te avergüences, Chris, en serio. No tiene nada de malo o vergonzoso ser pasivo algunas veces.

– Es como un choque cultural, en realidad. Solo debo acostumbrarme – habló mientras caminaban a la salida. Minho lo llevaría a buscar su auto y luego él iría a su casa a dormir por el resto del día, ignorando a todo el mundo.

Una vez llegaron al auto, hablaron de cosas triviales. El viaje duro lo mismo que anoche, solo veinte minutos. Lee lo dejo justamente atrás de su auto y se despidieron torpemente.

– A propósito – le grito Minho cuando llego a la puerta de su propio auto –. Me debes una almohada.

– Si, claro. Como si te la fuera a pagar – le dijo mientras le sacaba el dedo del medio y veía a Lee riéndose. Vio el auto arrancar y sin mas tardar, se subió al suyo, haciendo una pausa mientras trataba de sentarse sin que le doliera mucho. En el auto de Lee no quiso mostrar alguna queja, pero en serio le dolía sentarse.

En cuanto encontró la posición menos incomoda, arranco el auto. Su casa estaba un poco más lejos, pero era temprano así que no le tomo mucho llegar.

Apenas llego a su habitación, se quito la ropa, quedando en bóxer. Se acostó tranquilamente en su cama y estaba a punto de dormirse cuando escucho su celular. Lo atendió, sabiendo que si lo seguía ignorando alguno de los idiotas que llamaban se aparecería en su casa. Los tres tenían llave.

– ¿Qué quieres, Park? Pregunto cansado

Solo quería saber si necesitabas ayuda. El dolor de culo después de tu primera vez suele ser insoportable – Chris escuchaba la risa de Jinyoung. Iba a matarlo, en serio.

– Púdrete y diles a los otros dos que dejen de llamar – dicho esto, le colgó y apagó el celular. Ahora si, a dormir.


– ¿Qué dijo? – preguntó Changbin. Estaban los tres en su casa, desayunando.

– Que gane la apuesta, imbéciles – los otros dos solo se quejaron, dándole el dinero a Jinyoung. Estaban cansados de siempre perder sus apuestas con él.

Park Jinyoung sabía que solo debía apostar cuando estaba seguro de ganar.

Gracias, Chris.



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⏰ Last updated: Jul 09, 2021 ⏰

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Tensión Sexual - BanginhoWhere stories live. Discover now