Episodio 5

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Arthur se ha levantado sin ganas, se ha quedado despierto hasta las 4 de la mañana, lo que le ha dicho el número desconocido le ha hecho enojar, por lo que el sueño no quiso entrar en Arthur hasta muy tarde.

En plena última clase Arthur no deja de mirar a Alexander, está seguro de que después de que el timbre toque y Arthur salga de la preparatoria, será molestado por él y su grupo; Arthur no estaba de buen humor, no tenía el suficiente ánimo como para permitir eso, se encontraba perdido en pensamientos e ideas, ese día debía regresarles cada palabra y cada movimiento en su contra.

*****

El momento esperado llego, el timbre sonó y todos los estudiantes salieron de clase lo más rápido posible. Arthur no se quedó atrás, tomó sus cosas y salió del salón escuchando música mientras terminaba de pensar cómo se vengaría antes de que Alexander y su grupo le hicieran otra de las suyas, de no ser que aún era muy pronto como para levantar sospecha, Arthur ya los habría puesto en su lugar, o como prefiere, ya los hubiera hecho recibir su karma.

Se quedó en la entrada de la preparatoria, no pensaba salir sin que todos los estudiantes se fueran, no debía haber testigos, él no era tan "peligroso" como para que no lo delataran, Arthur definitivamente no es tonto.

La preparatoria se vació, Arthur decidió apagar su teléfono y audífonos, para salir sin peligro.

– Miren quien decidió salir de su escondite – Alexander, como siempre, es el primero en hablar, su voz presenta clara burla.

– La SOMBRA – Isaías se encargó de recalcar el "sombra" en su frase, los mellizos y Alexander rieron burlescos.

Arthur hace una mueca de claro disgusto – Pidan perdón en este momento y posiblemente los perdoné – Arthur cambia su expresión a una sonrisa que asustaría a cualquiera, había conseguido asustar a los mellizos al menos.

– ¿Qué? – Isaías comenta dudoso, ríe junto a Daniel, Alexander mira a Arthur con disgusto.

– ¿Por qué habríamos de disculparnos? – Alexander camina hacia Arthur y lo toma del cuello de la camisa bruscamente, Arthur solo baja la mirada y suspira.

– Última oportunidad – Arthur levanta nuevamente la mirada hacia Alexander, para mirarlo fijamente, sin temor o dolor por la brusquedad con la que sostiene el cuello de su camisa.

– No me da la gana – Alexander ríe, al igual que los demás.

– Primero muerto que disculparme con una sombra – Comentó Isaías, lo que provocó el cambio de la expresión de Arthur, se mostraba furioso, apretó sus puños, los dientes le rechinaban de la fuerza con la que los presionaba, Arthur elevó una mano y sostuvo la de Alexander, el mencionado volvió a reír tras la acción de Arthur.

– Tu risa es molesta – Arthur confiesa, con notoria furia en su voz, aparta la mano de Alexander de sí, con fuerza, lo tira al suelo y luego lo patea, Alexander se queja.

– ¿¡Pero qué!? – Apenas Isaías reacciona se abalanza hacia Arthur quien también cae al suelo, seguidamente Daniel también reacciona y va a ayudar a Alexander, quien se retuerce de dolor por la patada dada por Arthur, los mellizos solo retroceden.

Arthur suspira nuevamente, logra pararse rápidamente y le da un puñetazo en la nariz a Isaías; se la ha roto, Isaías lleva una mano a su nariz, siendo un movimiento involuntario.

– ¿¡Estás loco!?

Ahora Daniel se acerca a Arthur, al ver que Alexander puede levantarse solo, trata de golpearlo, sin embargo Arthur esquiva el golpe y le sostiene la mano, Daniel también actúa con reflejos, voltea la situación, le tuerce la mano a Arthur, haciendo que el mencionado se agache inconscientemente, Daniel eleva la rodilla lo suficiente como para golpear a Arthur en la cabeza, el golpe es fuerte, deja a Arthur casi inconsciente.

– ¡¿Lo mataste!? – Pregunta Jair, el 6 minutos menor de los mellizos, en su cara y voz se logra encontrar temor, mucho de hecho.

– Solo está inconsciente – Afirma Daniel.

– Lo que sea, será mejor irnos antes que nos vean – Propone Alexander, sobando la parte donde Arthur lo pateó.

Lo último que Arthur escucha antes de caer inconsciente, fueron los pasos apresurados de los 5 chicos.

*****

Arthur despierta en el mismo sitio donde lo dejaron inconsciente, siente un dolor inmenso en la cabeza, el golpe proporcionado por Daniel lo ha dejado aturdido, apenas logra pararse toma sus cosas, las cuales también se encontraban en el suelo, Arthur no tiene miedo y mucho menos le presta atención a las punzadas que siente en la cabeza, en cambio, Arthur está furioso, tuvieron el descaro de irse después de darle tal golpe, esa no se las perdonaría, ni aunque le pagaran.

Arthur se dispone a irse del lugar, ni siquiera ha tenido ganas de escuchar música mientras regresaba a casa, iba a paso apresurado, a pesar de que nadie lo esperaba en casa, no quería estar ni un momento más fuera, eran las 9:45 de la noche, lo que daba igual a que había estado en el suelo durante 6 horas y los minutos que fueran.

Arthur llega a casa sin su sonrisa hipócrita, siempre, aun siendo tarde, regresaba con una sonrisa, ya sea que haya gente o no; después de lo que pasó tiene que ser más cuidadoso, sin embargo, no estaba ni de humor, ni quería hacerlo, al llegar a casa tiró sus cosas a donde cayeran, subió rápidamente las escaleras, entró a su cuarto, azotó la puerta y gritó de furia en su almohada, no le importó siquiera que ya hubieran llegado sus padres, Arthur lo único que pensaba en ese momento era en venganza.

Al calmarse, aproximadamente hora y media después, Arthur se hizo un juramento a sí mismo, pasará lo que pasará, costará lo que costará, les haría pasar por su karma, se las regresaría a Alexander y su grupo de la peor manera posible, cualquier cosa que los hiciera sufrir hasta la muerte sería lo que Arthur haría, si no lo lograba, los mataría, aunque eso significara un cargo de homicidio en su contra.

Nadie se mete con Arthur Brown y sale ileso.

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