Capítulo 18 (P)

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P.V.O: Hermione

El día más esperado había llegado. No había podido pegar ojo en toda la noche por los nervios que me invadían. Mientras me peinaban y me maquillaban yo no dejaba de pensar que en cualquier momento caería desmayada. Apenas había tocado el desayuno, mi estomago no estaba por la labor de ayudarme en ello.

- Lista. - dijo la chica que me había peinado y maquillado, asi que ahora solo quedaba ponerme el vestido y encaminarme hacia la catedral. Me ayudo a ponerme el vestido, solo me lo había probado una vez y me había parecido perfecto, sin embargo ahora le veía fallos por todos los lados. Hoy sería un día soleado pero las temperaturas no pasarían de los 20º, asi que eso era un punto a mi favor. Me moria de ganas por ver a Draco y eso no lo podía remediar de ninguna forma. Cuando estube del todo preparada baje las escaleras, Hagrid ya estaba en la puerta y por primera vez en mi vida pude decir que iba muy decente, aunque probablemente aquel smokin le había costado más que su querido abrigo de pieles.

- ¡Dios Santo! - fue todo lo que dijo cuando me vió.

- Hola Hagrid. - salude con nerviosismo. Él me guiñó un ojo.

- Juraría que ha bajado un angel del cielo. - dijo bromeando. Me tendió el brazo delicadamente y tome apoyo. Jamás hubiese imaginado que llegaría a la Catedral en una carroza voladora, pero asi sería mi entrada. - Llevamos cinco minutos de retraso Herms, asi que pongamonos a camino. - aviso tratando de no ponerme nerviosa, aunque no lo consiguió, pues yo sabía perfectamente que iva con retraso de unos quince minutos o quizá algo más. Cuando la carroza se elevo yo me quede mirando al cielo desde cerca, preguntandome si mis padres me estaban acompañando. Algo me decia que si, podía sentirlo. Cuando volvimos a tocar tierra mi corazón se disparo, baje con la ayuda de Hagrid, que sonrió timidamente. Subimos las escaleritas y la puerta se abrió. Una suave melodía comenzo a ambientar la Iglesia, la gente se giro y pude escuchar varios susurros, pero cuando mis ojos alcanzaron a ver aquello que tanto buscaban, solo me concentre en él. Mi hermana iba por delante de mi, junto a una compañera de su clase dejando caer petalos rojos y verdes por el suelo, camine lentamente bajo su atenta mirada, esa mirada que me daba toda la confianza que necesitaba. Cuando llegamos al altar, Hagrid tomo mi mano para dejarla sobre la de Draco. - Dios os bendiga. - susurro antes de alejarse. Draco sonrió y con sus dedos acarició mi mano. Cuando la boda empezo me sentí mejor, pues lo peor había pasado, los nervios empezaban a bajar y tenerlo a mi lado me relajaba mucho.

- Draco Lucios Malfoy Black, ¿Acepta usted a esta mujer como esposa, para amarla y respetarla, quererla y cuidarla hasta que la muerte os separe?

- Si, acepto. - su voz fue tan segura.

- Hermione Jane Granger, ¿Acepta usted a este hombre como esposo, para honrarlo y cuidarlo, amarlo y respetarlo hasta que la muerte os separe?

- S...

- ¡NO! - me gire bruscamente cuando escuche aquel grito. La voz era indistinguible, por supuesto que sabía de quien era. Draco también se dió la vuelta al igual que todos los invitados, ninguno de los dos teniamos varitas puesto que las tenían los padrinos de boda para vendecirlas y unirlas tal y como estabamos haciendo con nuestras vidas. - Delirius mortal. - fue lo unico que dijo, el hechizo me alcanzo de pleno, pero no senti nada, ni siquiera había oído hablar de ese hechizo.

- Ronald vete de mi boda. - dije asperamente. Los invitados sacaron sus varitas, apuntandole a él con todas, al parecer no le importo.

- Si no te casaste conmigo tampoco te casaras con él, Granger! - dijo acercandose más a nosotros.

- Weasley alejate de los novios. - advirtió Hagrid.

- ¿O si no que? - desafió, hechizandolo, Hagrid cayó al suelo desmayado en el acto. Ronald me miro con furia en su mirada. - Ahora tú querida. - dijo, y en el acto...

Cuando Malfoy me compróWhere stories live. Discover now