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—¡No te importa! —gritó Seungmin—

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—¡No te importa! —gritó Seungmin—. Son mis padres y no te importa arrebatármelos.

—No, Seungmin, claro que me importa.

—Entonces, dime por qué lo haces..., es que no te entiendo.

—Cachorrito, lo que sucede no es personal —Changbin suspiró—. El fiscal quiere a tus padres, y está presionando para que eso pase.

—... ¿Y no hay algo que puedas hacer?

—No.

O quizás sí existía una posibilidad que ni Changbin ni Chan pensaron antes, una que los libraría de ese tormento, pero que pondría aun más en juego su juicio y moral.

—A Chan le llegó un anónimo, una amenaza para que capturara a los Wang o sería Minho quien pagaría las consecuencias.

—¿Qué?

—Si no atrapamos a tus padres, Minho será condenado a cadena perpetua por un crimen desconocido.

—Él no... Minho no pudo cometer ningún crimen. Él no está activo dentro de la mafia.

—Culpar a alguien es muy sencillo, además, el fiscal sabe que Minho es hijo de los Wang.

Seungmin quiso maldecir como un camionero, pero su buen juicio lo retuvo antes de parecer un panda malhechor frente a Changbin. Tomó profundas respiraciones antes de decirle.

—¿Y si dejas tu trabajo? —le preguntó—. Así no tendrías que capturar a mis padres, ni tu ni Chan tendrían que.

El rubio oficial torció el gesto ante la propuesta. Salir así de la policía lo haría parecer un cobarde, pero, además, lo haría sentir como un traidor de los valores que creía. No quería capturar a los padres de Seungmin y Minho en respeto a ellos, pero no planeaba escapar como una rata cobarde cuando el barco está en el ojo de la tormenta.

—¿Y qué haría entonces? Soy policía, Minnie, eso es mi vida.

—¿Entonces tengo que aceptar que tendré que visitar a mis padres en la cárcel?

Changbin quiso decirle que no era culpa suya o su decisión, quizás porque trataba de no ser la diana frente al enojo del doncel.

—Seungmin —llamó, pero el joven no lo escuchó, simplemente comenzó a caminar fuera de la recámara.

—Sé que estoy siendo egoísta al pedirte que escojas a personas que ni siquiera conoces por sobre tu propia vida, pero creí que yo era importante para ti.

Esa fue la última vez que Changbin vio a su novio, antes de que ese sábado fuesen a la fallida emboscada en el muelle de Incheon. Su corazón acongojado por el dolor y su mente torturándolo con los bellos recuerdos de Seungmin, sólo lo desesperaban hasta un punto insano.

De regreso en la estación de policías, cerca ya de la madrugada del domingo, Chan y Changbin se reunieron en el despacho del primero, tan angustiados como estaban, el enojo ganaba camino también.

Pasión en la mira [Banginho]Where stories live. Discover now