Acertijo #11

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El sexto código apareció en su pantalla una semana después de aquella advertencia y para sorpresa de Namjoon, el intentar decodificarlo no resultó ni tan estresante ni cansado como el anterior; había mucho menos agresividad en sus respuestas y defensas, pareciéndose más a los que le precedieron.

No fue muy difícil de sacar el mensaje de aquello: si te pongo las cosas difíciles, solo alargaremos esto. Era tremendamente insultante para Joon el saber que Daehyun estaba bajando el nivel solo para apresurar todo y, además, insinuar que él no estaba a la altura. Quizás fue con esto como combustible que logró pasar las defensas de su código en apenas unas 24 horas.

Durante todo el proceso hizo lo imposible para que la frustración no se le notara, pero ya no tenía la certeza de haber hecho un buen trabajo; sentía la mirada de Jin clavándolo incluso más que antes o lo veía haciendo gestos extraños con la cara en lo que lo escrutaba como si de un experimento de laboratorio se tratara.

De más estaba decir que un aire extraño se había apoderado del apartamento y ambos ya estaban más que conscientes de ello. La idea lo aterraba, el solo imaginarse que de alguna forma Seokjin se había metido a su cabeza y ahora sabía todo lo que pensaba respecto a Daehyun y toda la situación.

Probablemente era una ilusión creada por su culpa, pero a veces le daba la impresión de que los ojos oscuros de Jin perdían su brillo por la decepción.

El acertijo les tomó un poco más de tiempo para resolver, pero con días de sobra descubrieron que el extraño poema los llevaba en dirección a Arabia Saudita de todos los lugares. Realmente Daehyun había decidido aprovechar sus vacaciones por Eurasia para molestarlos.

Pero por supuesto que las cosas no iban a ir con tanta suavidad y algo tendría que meterse en su camino, aunque en esa ocasión Daehyun no era quien les ponía las trabas: todos los vuelos a Arabia estaban detenidos por una tormenta y nadie podía decirles con exactitud cuándo podrían dirigirse hacia allí.

Al final los días de sobra no sirvieron de nada, pues cuando al fin llegaron a abordar ya solo les quedaba menos de veinticuatro horas y como cereza del maldito pastel, aterrizaron solo para tener que rebuscarse por el escondite de las coordenadas y encontrar absolutamente nada. Ni siquiera una de sus estúpidas notas o muñequitos burlándose de ellos.

Para ese punto en la carrera realmente no podían sorprenderse, pero eso no significaba que no podían frustrarse por otra oportunidad perdida. Ninguno de los dos dijo nada y sin embargo sintieron que uno de los dos estaba más enfadado que el otro, pero por una razón totalmente distinta.

¿Cómo habían hecho Yoongi y el resto para soportar años de aquella mirada severa? Namjoon sentía su sangre helarse cada que atrapaba a Seokjin con esa expresión que decía desde las cejas hasta la boca sé que me estás ocultando algo y averiguaré qué es.

Namjoon peleó con todo lo que pudo al séptimo código cuya dificultad había aumentado pero de todos modos no lograba compararse al quinto. Para ese punto ya ni intentaba engañarse, quería demostrarle a Daehyun quién era. Que dejara de pensar en él como un estúpido inútil que solo se arrastraba bajo el brazo de Jin.

Estaba claro que su agitación, la que lo mantenía pegado al teclado pero moviéndose de un lado al otro cada que no lo estaba, había levantado incluso más las sospechas de Jin, quien de repente parecía tan interesado en su progreso que no paraba de preguntarle al respecto al menos unas diez o quince veces al día. Llegó a un punto en el que estaba seguro que ya no le hacía la misma pregunta por saber la respuesta, sino por ver cómo reaccionaba al verse forzado a hablar del tema.

—Tienes que relajarte, Joon —dijo en otra ocasión, reemplazando su pregunta habitual por una petición. Estaba recién duchado y despeinado, bebiendo yogurt con los codos reposados sobre la isla de la cocina.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant