Acertijo #20

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Namjoon no tardó demasiado en volver en sí. Después de todo, sus heridas no eran tan graves y la sangre perdida tampoco era excesiva.

Sin embargo cuando finalmente abrió los ojos un par de horas después, el sol ya comenzaba a salir en el horizonte y el cuarto en el que estaba postrado se veía tenuemente iluminado por una luz azulada. Sentía un dolor leve en el costado y sobre su pecho yacía su brazo ahora envuelto en yeso y colgando ya no de la camisa de Jin, sino que de un cabestrillo negro.

Y hablando de Seokjin, el muchacho estaba sentado junto a la cama con la cabeza recostada sobre sus antebrazos que reposaban en la cama, tan cerca de él que su cabello algo largo podría haber acariciado su brazo si no estuviera en el cabestrillo. Su rostro amoratado por partes tenía algunas vendas, pero parecía estar bien fuera de todo.

Con cuidado y sintiendo la punzada en el costado, Namjoon levantó el brazo sano para acariciarle el pelo con suavidad, olvidando totalmente que estaba tratando con alguien que siempre estaba alerta. Apenas sintió el peso sobre su coronilla Jin abrió los ojos y lo miró por un instante antes de levantar la cabeza.

Su sonrisa le dijo exactamente todo lo que necesitó saber: todo estaba en orden.

—Imagino que no llevas mucho despierto —supuso poniéndose de pie para asegurarse de que estaba cómodo en la cama y que estaba bien cubierto por las mantas.

—¿Por qué lo piensas?

—Porque dudo que hayas pasado largo rato solo mirándome.

No respondió, pero sí se rió por lo bajo porque al final tenía razón. Lo primero que había hecho al despertarse había sido intentar tocarlo.

—¿Qué ha pasado? Con Daehyun, quiero decir.

—Recuerdo haberte dicho que ya no tenemos que preocuparnos por él —señaló volviendo a sentarse junto a la cama. No sonaba a que estuviera regañándolo—. Antes de que te ponga al tanto sobre eso, creo que hay cosas más importantes de las qué hablar.

Los ojos de Jin lo escanearon desde el rostro hasta detenerse finalmente en el pecho, justo donde recordaba haber recibido la bala que no lo traspasó en lo más mínimo. En su mente simplemente el chaleco antibalas había hecho su trabajo, pero algo de aquel momento le había hecho dudar incluso entonces de sus probabilidades de sobrevivir. El dolor que había sentido había sido demasiado real y sin embargo ahí estaba, aparentemente ileso.

—Te refieres a cómo es que no estoy muerto, imagino —dedujo Joon y notó cómo tenía la garganta algo seca al decirlo.

Nunca era bueno ponerse a pensar en la mortalidad de uno.

—Precisamente.

—Fue el chaleco, obviamente.

Jin negó con la cabeza entonces y volvió a levantarse, solo lo suficiente para poder destaparlo hasta el vientre y abrir la camisa del pijama que llevaba, dejando a la vista su pecho izquierdo: justo sobre donde se supone descansaba su corazón, había un moretón que no era menos que extraño. Era casi cuadrado, de intenso color morado rojizo en el medio hasta difuminarse en sus bordes. Un poco debajo podía ver el vendaje de la herida por la que había sangrado horas atrás.

Apenas se aseguró de que Namjoon vio la herida, el mayor volvió a cerrarle la camisa y cubrirlo, para luego sentarse una vez más en su incómoda silla junto a la cama.

—¿Qué...?

—No fue el chaleco lo que te salvó, sino que esto —Jin produjo de su bolsillo lo que parecía ser un encendedor de metal, bañado en oro y con una evidente hendidura en el medio—. Estaba en el bolsillo interior de la chaqueta que te regalé y fue lo que detuvo la bala al final.

Code Breaker | JinNam  {Binary Code #3}Where stories live. Discover now