Capítulo 18.

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"La belleza te lleva al peligro , la inteligencia te lleva a la muerte y la locura te lleva al infierno."


—¡Tree, Tree, Tree! —escucho como golpean la puerta.

—Eh...—digo en voz baja mientras intento moverme. Me duele todo el cuerpo y me siento mojada. Abro los ojos con dificultad sin saber muy bien que pasó.

Pero, todo viene a mi mente cuando veo que estoy en la bañera, con el agua roja por toda mi sangre. Miro mis brazos y apenas los muevo un poco tengo una corriente muy dolorosa.

Apoyo mi cabeza a mis piernas maldiciendo todo, mientras escucho como siguen tocando la puerta.

Trago saliva con dificultad y respiro profundo varias veces.

—Estoy bien, ya saldré—grito lo mejor que puedo viendo la pared.

Dejan de tocar la puerta por un momento y pensé que no me iban a molestar más.

Pero, estuve equivocada cuando escuché la voz de Jason y por su tono, supe que estaba muy molesto.

—No vengas con esas mierdas, Steven. Tenemos media hora así. Abre ya la maldita puerta.

—Me había quedado dormida en la bañera, espera que salga—es lo único que se me ocurre, me siento muy débil como para seguir hablando con ellos.

—¡Y una mierda, abre ya la maldita puerta o la voy a romper!

Me quedo callada cerrando los ojos, no lo veo capaz de hacer eso.

Pero, si fue capaz de hacerlo, porque a los minutos que se había quedado callado estaba rompiendo el seguro de la puerta y para terminar de abrirla le da una patada.

En mi situación normal, habría gritado y reclamado, pero, no estaba para eso, lo único que hice fue encogerme e intentar taparme lo mejor posible con el agua y con la poca espuma que quedaba.

Lo único que se escucha después del impacto son algunos pasos y una respiración acelerada.

Mi cabeza estaba dirigida a la pared, pero después de un tiempo, hice el esfuerzo por voltearla y ver quienes entraron.

Veo a Jason, Andrés y a Cristian mirando la escena muy detalladamente para luego que cada uno hiciera por fin su reacción.

Jason, cierra los ojos, apretando sus manos con fuerza y poco a poco camina hacia la bañera, aunque a veces se detiene y retrocede.

Andrés, cierra los ojos y se queda viendo el suelo.

Y Cristian, se queda al margen de la situación y se queda en el marco de la puerta apartando la mirada.

Puedo imaginarme que estoy hecha mierda, y ni siquiera esa es la descripción exacta de como debo verme.

—¿Por qué lo hiciste, Tree? —pregunta Jason, mirándome con rabia.

No digo nada, solo me dedico ver el suelo.

—¿En que hemos fallado? —sigue insistiendo.

Veo por sus zapatos que está cerca de mi y yo solo cierro los ojos.

—Todo lo que hemos logrado, todos nuestros esfuerzos, los ejercicios de respiración, contar, escuchar música, comer, ¡o lo que sea que te hemos enseñado en esos años para que dejaras de hacer esa mierda, maldita sea, Tree! —grita con fuerza y formo una línea con mis labios.

—Jason, para—escucho a Andrés—gritarle no va a cambiar nada.

—No, no y no. Todos sabemos que esto la puede llegar a matar, ¿Cuánto tiempo habrá estado así, Andrés? ¡Es un milagro que esté medio consiente aún, sabiendo la sangre que habrá perdido en lo que ha estado sola!

Oscura LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora