2. Lan Weiying

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Lan Qiren bebía su té en silencio y aparente calma. Por dentro, sin embargo, su mente trabajaba a toda velocidad sin cansancio. Pensaba en las conferencias próximas a comenzar, los dormitorios para invitados siendo adecuadamente preparados, el material debidamente estudiado y la orden para el aumento de suministros de la cocina enviada. Pensaba en la próxima Conferencia de discusión en Qinghe, a la que no iba a asistir; pensaba en lo poco que le gustaba el comportamiento del Líder de Secta Wen, en lo mucho que le desagradaba el Líder de Secta Jin. También pensaba en lo mucho que le preocupaba la salud del Líder de Secta Nie y... trataba de no pensar en Fengmian...

Pero principalmente pensaba en su Yangzi(1), que estaría volviendo a casa ese mismo día con la diligencia de la Secta Qinghe Nie.

Era curioso notar cambios en las perspectivas de las personas, como hizo él esa misma mañana mientras escuchaba los comentarios de los discípulos de la secta y algunos Mayores (2) sobre el próximo retorno del adolescente. Había oído decir "no habíamos tenido tanta tranquilidad en Yunshen(3) en mucho tiempo" "finalmente puedo salir sin miedo a ser arrollado por alguien corriendo" "había olvidado lo que era el silencio"; y todos los comentarios terminaban con un "me alegro de que Lan Wuxian finalmente vuelve".

El lugar de Lan Weiying en la secta estuvo ganado —a regañadientes— desde el momento en el que Qiren anunció delante del Líder de Secta y el Consejo de los Mayores, que el niño era suyo; respaldado por la última voluntad de los Wei y el deseo de Cangse Sanren con su último aliento. Podría no haberles gustado, pero no había nada que pudieran decir o hacer para impedirlo. Su hermano, por lo menos, había tenido la decencia de no insinuar como los demás, que no estaba capacitado para educar a un niño él solo, cuando claramente había criado dos antes.

El lugar de su Yangzi en el corazón de la Secta tomó más tiempo de ganar, pero lo hizo sin ningún contratiempo. Si bien hubo quejas por el ruido, el alboroto y la aparente incapacidad del niño de quedarse quieto, al final decidieron que valía la pena aguantarlo, a cambio de un poco del amor que Weiying tenía para dar. Y por supuesto, no iba a tener seis años por siempre, en algún momento aprendió a moderarse... un poco.

La vida de Qiren había mejorado significativamente desde que era padre. Muchas veces se sorprendía de su propia felicidad, como si no se la estuviera esperando, como si ya hubiera estado resignado a sentirse incompleto por el resto de su vida. Ahora que podía enseñar a las nuevas generaciones de jóvenes cultivadores, y pasar las tardes haciendo lo que a su pequeño desastre se le antojara, él ya no sabía qué hacer con todo eso que sentía en su pecho. Sentía con una abrumadora intensidad que posiblemente estaba en contra de las reglas. No seas demasiado feliz ¿Cuánto es demasiado feliz de todas formas? Qiren no lo sabía, no había tenido mucho de eso, en cualquier caso.

Lan Qiren y Lan Weiying pasaron el primer año después de la adopción aprendiendo a convivir como padre e hijo, y ajustando al niño a la vida en la Secta. Al principio Qiren temía que Weiying encontrara las Reglas y estilo de vida tan deprimente como su madre había hecho tiempo atrás, pero pronto quedó claro que seis años no son lo mismo que dieciséis, y A-Ying no estaba en una época particularmente rebelde. Ciertamente la pérdida de sus padres era algo que no podía dejarse atrás de la noche a la mañana, y Qiren pasó muchas noches abrazando al pequeño lloroso hasta dormirlo, pero Weiying no estaba hecho para la tristeza. No estés demasiado triste resultó ser su regla favorita y la aplicaba y repetía siempre que podía.

La comida fue un problema, pues resultó que el niño tenía un poco saludable gusto por las especias y el picante, y tomó bastante más tiempo llegar a un acuerdo entre ambos al respecto. Tuvo que investigar si hacer concesiones a los propios hijos era considerado favoritismo, y cuando resultó que no, prometió al pequeño que lo llevaría a comer al pueblo una vez al mes y con ello consiguió apaciguarlo un poco. No hables mientras comes fue todo un reto de inculcar en una persona que no sabía estar en silencio nunca, pero cuando quedó claro que Qiren iba a escucharlo atentamente en los momentos apropiados, y que iba a destinar tiempo exclusivo para oír lo que tuviera que decir, Weiying accedió a guardar silencio en esos momentos.

WWX criado en otras sectas parte 1: Gusu Lan ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora