Delirio

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Las luces de la ciudad se colaban por debajo de las cortinas del cuarto de hotel, un hombre daba vueltas en la cama una y otra vez, hacía una semana que habitaba ese cuarto, sin embargo la paz que estaba buscando parecía eludirlo. Dejando de luchar con su insomnio decidió tomar su teléfono, en la pantalla el reloj marcaba la 1 de la mañana y busco un numero entre sus contactos, un número que debió borrar pero que era incapaz de hacerlo, ese número podía llevarlo al mayor deseo de su corazón y aun así él había renunciado a cumplirlo. Lo miro con anhelo, eso era lo que sentía, un constante anhelo por su voz, su toque, sus ojos, un enfermizo anhelo por ella...y ella le habría ofrecido todo, pero él había preferido protegerla de su secreto y de su deseo, si ella supiera.... lo alejaría ella misma.

Al día siguiente, habría un almuerzo de negocios, tenía varias ideas en su cabeza, al parecer en el trabajo era lo único en lo que su mente podía distraerse para no pensar en Gönül, observó en el espejo que su aspecto fuera impecable, camisa, corbata y chaleco, todo en su punto, pero al mirar su rostro vio que unas profundas ojeras daban cuenta de su desvelos, Gönül..que cosas me haces, dijo para sí mismo y colocando el saco salió de la habitación.

En el restaurante lo esperaban los hombres que quería como socios en un proyecto de desarrollo turístico y hotelero en Antalya, básicamente, el proyecto consiste en unir una serie de negocios ubicados es un sector tradicional para dar lugar a un distrito turístico en la ciudad, brindando una identidad un poco más bohemia pero con elementos turcos que la caracterizaran. A decir verdad, la idea había estado durante mucho tiempo dentro de su cabeza pero nunca había tenido ni tiempo ni oportunidad de realizarla, pero ahora parecía ser el momento adecuado para llevarlo a cabo.

La reunión había concluido de manera exitosa, sin embargo debería dejar Estambul en los próximos días y tendría que trasladarse a Antalya para supervisar todo el proyecto, como se marcharía pronto, decidió dar una caminata por la ciudad, así tal vez, podría despejarse un poco y organizar las idea para su próximo viaje, comenzaría una nueva vida, Antalya parecía un buen lugar para establecerse, siempre había querido vivir cerca al mar y al traer ese pensamiento a colación una conversación que no ocurrió hace mucho se instaló en sus recuerdos para ser revivida.

Había ocurrido el funeral de Harun y Gönül estando abrumada por la situación le había pedido que si podía llevarla con él, él solo la miro y le respondió

-Entonces tienes que acostumbrarte a la arena

-¿Por qué a la arena? - replicó ella

-Porque iríamos a un lugar con una playa

-¿Sabes que hay playas de grava?

-Porque tienes que discutirlo todo, y yo que pensaba llevarte conmigo- dijo él sarcásticamente

-En cualquier caso no me molesta la arena- respondió ella con una débil sonrisa

-No, ya discutiste, eso te pasa por melindrosa- dijo él entre risas

-ya, está bien... iré donde quieras, solo llévame, me gustaría ver los tonos dorados y rosas del atardecer mezclados con el azul del mar, podría almacenar eso colores en mi mente

-Voy a llevarte con una condición..

-¿Cuál? 

- Que esos colores de los que hablas, no los almacenaras en tu mente

-¿De qué hablas? no te sigo

-No vas a almacenarlos, vas a plasmarlos... quiero que vuelvas a pintar

el humor de ella cambió en ese instante, dejó de sonreír, se volvió sombrío y respondió

-Sabes que ya no lo hago

DestinoWhere stories live. Discover now