7

2.2K 144 40
                                    

Mario gimió en aprobación sintiendo como desabrochaban su pantalón con rapidez mientras se besaban de nuevo apasionadamente, al cabo de unos minutos el castaño se encontraba solo con su bóxer bajando su besos hasta el abdomen de Armando parando en la pelvis alzando su mirada a Armando quien solo levantó sus cejas indicando que siguiera así que el mayor desabrochó el pantalón de este encontrándose con ese bulto que sobresalía sobre la tela, con picardía lo tomó con una mano y pasó su lengua por la tela que aún cubría el miembro del menor este ultimó soltó un gruñido al ver como Mario lo torturaba de esa manera, así que con una mano tomó esos cabellos castaños y con la otra bajó completamente su bóxer.

-Enserio te hacia falta ¿no?

-si, mucho.

Mario miró una ultima vez el miembro ya erecto de su novio para meterlo en su boca amando esa sensación placentera de ahogarse.
Armando gimió ronco pasando sus dedos por el cabello de el mayor jugando con estos.

Pasaron unos cinco minutos y el azabache sintió que se iba a correr así que separó a Mario quien aún así daba pequeñas lamidas a la punta así que Armando lo tomó con más fuerza para que parara.

-¿Qué pasa? No me digas que ya vas a llegar.

Mario habló con un tono burlón ya que anteriormente su amigo tenía más resistencia.

-Cállese Calderón.

Armando rápidamente cambio de posiciones quitándose por completo el pantalón quitando el cinturón de este, tomó las manos del mayor y las amarró, al finalizar lo volvió a besar ansioso pasando sus manos por su trasero quitándole de un solo movimiento el bóxer. Mario solo jadeaba, estaba ansioso por obtener placer de parte del cuerpo ajeno.

-Armando, el lubricante está en el primer cajón.

El menor lo vió con una sonrisa para acercarse a la mesa de noche abriendo el cajón viendo que había un dildo y un lubricante, tomó ambos objetos con una sonrisa maliciosa.

-Ni se te ocurra Mendoza.

Sentenció el mayor cosa que Armando ignoró tomando su corbata para ponerla en los ojos de este, cuando se aseguró que estuviera bien amarrado tomó el lubricante esparciendo un poco del contenido en el consolador para luego rosarlo por la entrada de Mario, Para meterlo de un solo movimiento.

-¡Ah! Ah~ ¡Armando!

La intromisión fue algo dolorosa para Mario pero igual de excitante así que solo jadeaba intentando calmar el dolor respirando hondo, el menor estaba contento, tenía al castaño tal y como se lo imaginó el día que vió esa foto, así que empezó a embestir la entrada del castaño deleitándose con sus gemidos y muecas de placer mientras que con su otra mano masturbaba su miembro con algo de torpeza por la falta de práctica pero aún así logrando su cometido.

-Ah~ A-armando m-me voy a correr.

Armando al escuchar esa frase aceleró sus movimientos haciendo llegar al orgasmo a su novio después de un tiempo.

-Quiero que me montes precioso.

El menor susurró en la oreja del castaño mientras sacaba el juguete del interior de este, Mario asintió arrodillándose con algo de dificultad así que mientras cambiaba de lugares Armando lo tomó de la cintura posicionándolo justo arriba de su miembro, bajó sus manos al trasero de el castaño separando ligeramente sus nalgas haciendo que su miembro fuera entrando lentamente en el interior de Mario, quien solo mordía sus labios dejándose caer de golpe provocando que el miembro de Armando tocara su punto sensible simplemente ahogando un gemido.

-A-ahora eres m-mío.

El azabache gimió ronco y empezó a jadear con una sonrisa y los ojos entre cerrados sintiendo como el interior del mayor apretaba su miembro de manera placentera así que sin previo aviso tomó a Mario de las caderas ayudándolo a moverse lentamente de arriba a abajo.

Mi querido imbécil.Where stories live. Discover now