Esta noche

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No había nada qué hacer realmente, estaba en casa viendo la televisión, aburrida pero, realmente es que no quería hacer algo esa noche. O talvez simplemente no podía hacerlo.

— Mm... — Suspiró pesadamente, tomó su celular que estaba a lado para ver las redes sociales, estaba la nota de la persona que había asesinado hace unas semanas, aún seguía esa nota y no aparecía tanto últimamente, de todas formas no era alguien con suma importancia; un tipo de talvez la misma edad que ella, solo tenía droga en uno de los bolsillos de la chaqueta y un encendedor negro, no quiso seguir husmeando entre las cosas de alguien muerto en ese momento.

No tenía algo que hacer, aunque ya había pasado tiempo desde aquel asesinato así que, podría salir de nuevo para encontrar con qué o, siendo exactos, con quién divertirse.

Se levantó del sofá, apagó la televisión y fue directo a su cuarto, tomó asiento frente a su tocador para arreglar su cabello en forma de cuernos medianos, amarró el excedente con una liga para que apretara bien y no se saliera en alguna parte de la caminata o carrera que tuviera que hacer dependiendo las circunstancias. Sacó un labial, pintó suavemente sus labios de color rojo algo oscuro.

— Je... — Soltó una risita leve al recordar algo de hace tiempo, después se levantó para ir al clóset abriendo una de las dos puertas, sacando su sudadera roja, la colocó en su cuerpo sintiendo lo fría que estaba, sintió un escalofrío en su estómago por sentir que estaba guardado el cuchillo en el bolsillo de la prenda, lo revisó rápidamente para notar si había alguna mancha de sangre o algo; afortunadamente no fue así, solo estaba su reflejo en el arma.

Fue a la cocina para sacar las llaves de la casa, posterior a eso salió tranquilamente con una expresión neutra, estaba anocheciendo y de cierta forma eso le gustaba y a la vez no, pero con la caminata le iba dejando de gustar más ir caminando en la noche.

Talvez muy en el fondo su consciencia o sus sentidos le decían que eso estaba mal, ir en la noche sin rumbo alguno.

Paró cuando entre sus tantas miradas alrededor vió algo que le había llamado demasiado la atención.

Talvez era que había encontrado a una chica linda, de cabello café y ojos color miel brillantes, su camiseta gris estaba a la vista gracias a que su sudadera verde limón estaba desabrochada; dejaba ver perfectamente su pecho y que estaba algo llenita, no mucho, apenas era notable, estaba sonriendo de forma tranquila con un paquete de Coca Cola con cereza en manos, apunto de ir a pagar.

No sabía, algo le encantó de todo lo que vió, o talvez todo le había encantado de aquella chica, quería saber más de ella ahora que le había interesado.

Esperó a que la chica saliera de pagar, mientras jugueteaba con el cuchillo aún guardado en la bolsa de la sudadera, no sabía dónde disimular el hecho de que estaba esperando a esa chica hasta que alguien se le había acercado a preguntar por una dirección, de cierta forma se puso en alerta, apretó su mano alrededor del mango del arma.

Negó con la cabeza, la persona siguió su camino preguntando por lo mismo, mordió su labio un poco ya que no le gustaba socializar en absoluto, todo el pensamiento molestó se fue cuando la chica que estaba esperando no estaba en la tienda, volteó a todos lados algo molesta por haberla perdido solo por unos segundos, la encontró a unos metros detrás de ella, se acercó algo lento hacia ella viendo cómo caminaba.

¿Quería matarla o simplemente le había interesado realmente?

La siguió hasta que por suerte, si se le puede decir así, unos tipos se habían acercado a la chica, pudo escuchar lo que estaban diciéndole, burlas e insinuaciones sexuales.

La chica no sabía qué más hacer, siguió caminando intentando dejarlos atrás pero no podía, ellos eran insistentes, de un momento a otro se acercó rápido sacando el cuchillo algo rápido para apuñalar a uno por la espalda y al otro lo amenazaba con el cuchillo en su garganta.

No habló, no salió alguna palabra cuando vió la mirada de esos ojos miel asustados y sorprendidos, con miedo, terminó noqueando al chico ya que el otro solo se quejaba en gritos por la puñalada y la sangre que estaba saliendo. La chica corrió lo más rápido que pudo pero la siguió corriendo más rápido, la tomó de la mano sin medir su fuerza, escuchó un quejido por respuesta.

— ¡Sueltame! — Gritó intentando zafarse del agarre, la soltó un poco pero no lo suficiente para dejarla ir, no quería hablar pero lo intentó.

— No te quiero hacer daño, solo quería ayudarte. — Habló algo seria, viéndola, su voz hizo que la contraria dejara de mover la muñeca, la miró aún sorprendida.

Ambas se quedaron calladas, soltó su mano para verla más tranquila, aunque con los últimos gritos del chico no parecía el ambiente más calmado para hacer eso.

— ¿Puedo llevarte a casa?

Pensó muchas veces, negó rápidamente con la cabeza, aún no confiaba en ella y menos después de lo que pasó.

Suspiró pesadamente viendo a la chica ya que había negado su oferta, pensó antes de seguir hablando pero la chica salió corriendo en cuanto tuvo la oportunidad, no tuvo de otra más que correr tras ella de nuevo.

Cuando la alcanzó la tiró al suelo por accidente, la chica lloró por el miedo, intentó levantarse pero había caído justo encima del paquete de sus refrescos, se quedó quieta por ver el líquido de las gaseosas debajo de la chica.

— Puedo comprarte más... — Murmuró por último, intentando levantarla con cuidado por el dolor que sentiría al intentar levantarse, el cual fue expresado con más lágrimas y quejidos.

— Mañana te las compraré, nos vemos en la tienda, ¿Ok?, Ve a casa. — No tuvo de otra, tenía que dejarla ir además que tenía que hacerse cargo de los cuerpos de los chicos, solo recibió un asentimiento de cabeza pero antes de que ella se fuera, preguntó una última cosa.

— ¿Cómo te llamas?

— E-Ell...

— ¿Él? — Murmuró confundida, recibió una negación con la cabeza.

— Ell... C-Con doble ele.

— Ah, perdón... Tori.

— Nos vemos mañana, me tendrás que comprar dos paquetes después de todo esto.

Sonrió levemente, viendo cómo se iba, después de aquello regresó a ver los cuerpos de los chicos que seguían ahí, tirados en la calle, lo bueno es que mayormente a esas horas no pasaba mucha gente y menos ese día.

Ya que ahí había matado a la persona que le había quitado ese encendedor para fumar.

Serial KillerNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ