Cruel Atracción (#2 MC W.K.)

CAPITULO 10

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Silvia

Días después...

Escucho que tocan la puerta como todos los días, ruedo los ojos y bufo irritada.

Me quedo pensando en mi actitud y la verdad, no sé porque me pongo así, no tengo idea del porque me comporto de esta manera hacia las personas ya que Anaut no es nada mío y hace días me tenía que dar cuenta de eso.

Sacudo mi cabeza y suspiro. Decido levantarme de la cama para irme al baño a hacer mis necesidades y tomar una ducha. Siguen tocando la puerta de la habitación lo cual ignoro completamente y entro al baño, escucho que la puerta se abre y entran varias personas.

— Ella debe estar en el baño — escucho hablar a Barty.

— Tenemos que hablar con ella, sabes que será peor si le ocultamos esto — hablan entre ellos.

— Seguro que ella está en el baño — dice mi hermano, se acerca y toca la puerta dos veces.

— ¿Qué pasa? — pregunto.

— Tenemos que hablar contigo, Sil. Se trata de Anaut — explica con un tono suave pero se nota que está impaciente.

— ¿De que es, Barty? — pregunto con un tono cortante y escucho que maldice en tono bajo.

— Está enojada conmigo por la culpa de ustedes — dice entre dientes.

— Habla, Barty. Dime lo que tiene que decirme ahora — exijo enojada.

¿Porque me siento así con mi hermano? Genial siendo psicóloga ni puedo entender mis emociones.

— Anaut, llamó — habla con un tono suave.

— ¿Me importa? No, solo quiero estar sola ¿Ahora ya no puedo? — expreso con rencor.

— Sil...— es lo único que dice, se queda callado, sabe que si habla dirá algo que no me gustará.

— Quería que sepas que llamó y preguntó por tí. Nada más cuando pase todo el peligro puedes tomar la decisión de irte si quieres — dice mi hermano menor y escucho que se aleja, cierra el acceso de la habitación. Suspiro frustrada porque no comprendo lo que me pasa.

Minutos más tarde...

Salgo del cuarto solo para ir por algo de comida ya que tengo mucha hambre, camino hasta la cocina mientras rezo para que nadie nadie esté ahí. 

No quiero ver a nadie, es mejor así. Cuando estoy cerca de la puerta de la cocina, observo que tres hermanos del están ahí incluído Barty, me armo de valor y entro ahí, todos se quedan callados, siento que me observan. Escucho pisadas detrás de mí.

— Silvia — me llama mi hermano, trata de tocar mi hombro pero evito todo contacto con él. Solo me encamino hasta la heladera para agarrar mi comida e irme a mi pieza.

— Silvia, por favor, háblame — súplica Barty pero no hago caso, abro la heladera, agarro mi comida, me doy vuelta y paso de mi hermano, me voy de ese lugar y me voy a mi cuarto de nuevo, se que él me está persiguiendo y  está atrás de mi.

— Silvia — se queja como un niño pequeño, aprieto la mandíbula y me doy vuelta para enfrentarlo.

— No soy de nadie, no soy la mujer de mi paciente. Soy una mujer mayor que siempre ha sido libre, no pueden decidir por mí. Estoy furiosa porque tu decidiste que me tenía que quedar aquí cuando no es así, no hace falta que me quede porque no tengo ningún paciente más aquí — exploto.

— Sé cuidarme sola, siempre lo hice. Nunca en mi vida me faltaste al respeto así de grande, nunca viste lo que sufrí allá afuera estando sola y tú aquí. Yo solo vine a trabajar como todo ser humano, no vine para que me tengan secuestrada   — hablo enojada y señalandolo.

— Nadie te tiene encerrada o secuestrada — excusa.

— ¿Puedo irme a mi casa entonces? — pregunto pero no contesta.

— Es lo que pensé — hablo y  niego con la cabeza varias veces.

— Quiero dejarte o dejarles algo en claro. Anaut y yo no somos nada, no tenemos un amorío, no soy suya ni el mío, no estamos en la edad media para que me digan que por un maldito beso ya soy de él ¿Está claro? — aclaro enfurecida por el silencio de mi hermano quien asiente varias veces. Me doy vuelta y entro a mi habitación.

— Silvia sabes que puedes estar por el club ¿No? — habla con temor.

— Estoy secuestrada ¿no? Hagamos que es un secuestro de verdad — menciono y hago una sonrisa fingida, cierro la puerta.

Creo que me pase un poco con mi hermano, pero se merece por ser un idiota.
Espero pronto poder irme de aquí.
Tengo muchos pacientes que atender.