12 - Una buena tarde y un mal recuerdo

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—¡Ahí viene Luzu! —exclamó Fargan ocultándose tras uno de los árboles de la entrada

—¿Estáis seguros de que no lo va a notar? —preguntó Rubius aun sin mucha fe en el plan

—Que va si la semana pasada le pusimos uno igual y cayó completamente —respondió Willy riendo

—Shhhh que ya viene —advirtió Fargan

Los tres habían pasado la tarde juntos, se suponía que ayudarían a construir la casa de Fargan pero la pereza les ganó; en su lugar se dedicaron a comer, enseñarle un poco las afueras de Karmaland a Fargan y como siempre, portarse mal. La víctima esta vez sería Luzu, cavaron un hueco de casi dos metros justo al final de sus escaleras, solo porque era divertido verlo caer, Willy estaba cada vez más convencido de que aquel pasto falso había sido la mejor compra que había hecho en toda su vida.

Hay que admitir que también tuvieron suerte, Luzu regresaba de ayudar a Auron con su casa y vaya que el chico se distraía demasiado cuando pensaba en él. Ni siquiera notó lo mal puesta que dejaron la alfombra de césped falso, así que cayó de una manera muy graciosa al intentar entrar a su casa.

—Pero que cojones! —dijo intentando levantarse, las risas de sus tres compañeros se escuchaban a lo lejos —¡ES EN SERIO TIOS! ¿OTRA VEZ?

Ninguno era capaz de contestar, reían demasiado como para hacerlo

—SOIS UNAS SOPAS DE VENENO —dijo intentando salir

—¡Ahí viene! ¡Corran! —gritó Willy y los tres corrieron colina abajo esperando que Luzu no los siguiera

Una vez lo suficientemente lejos se detuvieron —Tengo que admitir que sus bromas son bastante divertidas, especialmente cuando no me las hacen a mí

Willy y Fargan rieron —Anda que tampoco te hemos hecho mayor cosa, si yo les contara todo lo que nos hemos hecho entre Auron y yo —dijo el moreno riendo

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó el albino con aquel brillo malvado en sus ojos

—Relajate Lucifer que ya cavamos suficiente hoy

—Si quieren pueden venir a la cabaña, casi todos los sábados Lolito cocina galletas y están buenísimas, además yo también quiero descansar —propuso Fargan

Aceptaron y se dirigieron a la cabaña, se llevaron una sorpresa cuando al llegar estaban Lolito, Mangel y Vegetta luchando por abrir el horno.

—Pero bueno ¿Qué está pasando? —preguntó Willy cuando los vio

—Ugh el horno se arruinó de nuevo —respondió Vegetta

—Bueno ¿que esperaban? Esa cosa probablemente tenga más años que Merlon —añadió Rubius riendo

—¿Y no sería mejor apagar el horno antes de intentar abrirlo? —propuso el albino

—Ya lo intentamos, pero la perilla no funciona —respondió Mangel

—Apenas lo estaba precalentando y cuando intenté abrirlo no se pudo —añadió Lolito

Willy se acercó para intentar ayudar mientras que Rubius y Fargan los veían desde la sala

—Dudo que se necesiten 5 personas para reparar un horno, ¿vienes? —dijo Fargan señalando la terraza de la cabaña

—Nah, si esto les estalla en la cara quiero estar aquí para verlo —respondió Rubius tomando una de las sillas y sentándose cerca de la cocina

La terraza de la cabaña era bastante simple, pero tenía una vista maravillosa a parte del pueblo, lo cual lo hacía uno de los lugares favoritos de Fargan. En cuanto salió vio a Alex allí sentado, dudo un segundo si era mejor regresar adentro, después de todo no habían estado solos desde su no-cita.

Nuestros recuerdos - KarmalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora