Cap 4

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- Jae no viene aquí como mi empleado.

- No entiendo.

- El es mi novio.

Todos allí dentro empezaron a murmurar en cuanto escucharon aquella noticia, muchos de los comentarios decían, "de seguro es un casa fortunas", "Es un cualquiera", "pobre Yunho se casará con un probreton que sólo busca su quedarse con su dinero".

- Silencio todos, - grito al ver los comentarios negativos.

- Hijo, debo admitir que tienes un gran sentido del humor como no le Di cuenta antes, - sonrió con sarcasmo, - anda querido Más baja de ahí y dale pasó a Junsu.

- Esto no es ninguna  broma señora Yung, su hijo y yo somos pareja desde hace varios meses, sólo que hemos sido discretos para no crearle una mala  imagen a Yunho.

La señora  se dejó caer lentamente  hasta quedar sentada en uno de los escalones, - maldita sea, Yunho tu no puedes ser novio de un miserable como Jae, sólo miralo no tiene un apellido importante y no viste de forma elegante como nosotros, basta con ver el horrible traje que trae puesto, - lo señaló.

- Madre por favor, - la tomó del brazo para hacer que se pusiera de pie, - porque no mejor te guardas tus comentarios.

- Has pensado en el pobre Junsu, ha de estar devastado.

- No se preocupe señora, de seguro ese tipo le dio algo a Yunho para tenerlo bajo su poder.

- Junsu querido me imagino como te sientes.

- Estoy muy confundido, como es posible que Yunho un hombre inteligente aya caído ante ese embustero casa fortunas, - empezó a derramar lágrimas.

La señora Jung se acercó a él y lo abrazo y Junsu poso su barbilla en el hombro de la señora y observó a Jae con odio mientras finjia estar llorando, - Tranquilo querido, tranquilo, ya verás que todo saldrá bien.

- Si señora, esperemos que sea así, - se separó de la mujer y la miro a los ojos mientras lágrimas falsas caían por sus  mejillas pálidas.

Mae se acercó al oído de Yunho y le susurro, - esta fingiendo, ¿no viste la mirada que me lanzo?, - le explico lp que había pasado hace unos minutos.

- No, lo siento, - lo tomo de la cintura y Jae dio un respingon, - vamos por un poco de vino, ¿te apetece?, - Jae asintió con la cabeza.

Al estar dentro de la cocina, Yunho hizo que toda la servidumbre saliera de allí y los dejará a solas y cerró la puerta de la cocina.

- Lo siento mucho, yo no quería que surgiera este mal entendido, - se sentía avergonzado.

- No se preocupe señor, ante la gente de alta sociedad nosotros los secretarios siempre seremos vistos de esta forma.

- Lo sé, pero no es justo.

Antes de que  Has pudiera articular alguna palabra, Junsu llegó de forma sorpresiva y abrió la puerta sólo para tomar a Yunho del brazo y arrastrarlo  hasta la pequeña oficina que había en casa.

- Ahora mismo me das una explicación, - exigió.

Yunho sacudió la manga de su traje justo dondo Junsu había puesto la mano, - no soy un niño al que le puedes exigir explicaciones, - contestó de manera desafiante.

- Me has avergonzado, - se señaló a si mismo, - no sólo a mi, también a mi familia, nuestras familias.

- Velo como quieras, sólo te diré una cosa, - se acercó a él y le susurro al oído, - no te saldrás con la tuya, se que tu familia está en banca rota y que están hasta el cuello de deudas por culpa de tu madre.

- Eso es mentira, - se separó de él y lo encaró, - mi familia está bien económicamente.

- Pues eso no fue lo que me dijeron, al parecer tienes a alguien filtrando información, - sonrió, - así que sino quieres que se enteren de esto no te me acerques.

- Esto no se quedara así, - Yunho salió de la oficina, - ¡¡me escuchaste!!, - grito.

Junsu tiro todo lo que  había sobre el escritorio Y rompió algunos libros, la madre de Yunho fue en busca de ambos y se encontró con un Junsu despechado y con un tirarero a su alrededor, se acercó a él y lo abrazo.

- Te estaba buscando, vamos es mejor que descanses y mañana a primera hora hablaremos de esto pero no de este modo.

- Lo siento tía, rompí todo, - se justificó.

- Eso lo puede arreglar la servidumbre.

Junsu sentía rabia, nunca pensó que un simple secretario saboteara todos sus planes, al estar en la habitación y sólo, decidió llamar a un número que sólo el conocía y le daba mucha calma.

- ¿Estas ocupado?, - Preguntó al individuo del otro lado de la línea.

- Voy saliendo de la oficina, - respondió, - ¿quieres que pase por ti?.

- Si, - sonrió de forma coqueta, - te mando la dirección, - colgó.

Se puso de pie y busco en medio de su guardarropa algo provocativo, entró al baño y se ducho para quitarse el olor que llevaba encima, al salir de la ducha se segundo correctamente y aplicó rimer a sus pestañas, para después proceder a vestirse, el conjunto consiste en una camiseta roja con destellos dorados y transparente que deja ver su piel blanca, unos pantalones negros que se amplían muy bien a sus piernas y su cadera, dándole un toque más sexi y provocativo.

Antes de salir de la habitación, se asomó por la puerta para asegurarse de que no hubiera nadie allí, apago la luz y tomó su billetera y teléfono para después cerrar la puerta tras salir de allí, llegó al punto exacto de encuentro y se encontró con un auto negro esperando por él, abrió la puerta del copiloto y subió.

- Hola querido, - saludo mientras cruzaba las piernas.

- Hola belleza mía, pensé que te habías olvidado de mi.

- Eso jamás, como olvidarme de quien me da los mejores momentos en la cama.

- Me gusta escuchar eso, ¿A donde vamos primero?.

- Que tal si para entrar en calor, vamos a un antro y tomamos un poco después la noche dirá lo que tenga pasar.

- Claro.

Al llegar ambos pidieron una botella de soju, empezaron a tomar y a darse muestras de cariño, Junsu estaba sentado sobre las piernas del otro individuo, mientras el otro pasaba sin pudor alguno sus manos por los glúteos y piernas del presente.

- Vámonos ya, entre más rápido sea, mejor la pasaremos.

El individuo pago la cuenta y tomó a Junsu de la cintura para después subir al auto y terminar en un hotel donde toda la noche se la pasaron gimiendo y sudando, la habitación olía a sexo, pero nunca tenían noción del tiempo pues al momento de estar juntos, se perdían en su mundo.

El riesgo de querer.Where stories live. Discover now