·PLAYBOY· (kookv)

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Jungkook estaba preocupado. Sentía un nudo en el estómago por la pequeña discusión que habían tenido el otro día. Cuantas más vueltas le daba más tonto se sentía por cómo había manejado la situación. Sin embargo, lo que más le inquietaba era no poder ponerse en contacto con Taehyung. Lo intentó varias veces al día siguiente de la pelea y no lo consiguió. Al menos pensó que iba a poder pedirle perdón el lunes, tras salir de sus clases en la universidad, pero no fue posible. Jimin le dijo que no se había presentado a ninguna de las clases de ese día. Jungkook estaba empezando a impacientarse.

No pensaba que el mayor hubiera faltado a clase por lo que pasó el viernes, o eso esperaba. Si era su culpa que Taehyung quisiera encerrarse no se perdonaría. Por otro lado, el que fuera otra cosa la causa de la desaparición de Taehyung tampoco lo calmaba demasiado. ¿Qué le habría pasado? Estaba ansioso.

Ya no sabía dónde buscarlo. En ese momento estaba caminando sin rumbo. Había buscado en casi todas las aulas de la facultad de arte por si, por algún casual, estaba por allí. También había preguntado en conserjería por él -antes de preguntar ya sabía que no iba a servir para nada, pero por probar que no quede-. Luego fue camino a su casa, igual estaba enfermo y se había quedado en la cama descansando. A pesar de sus altas expectativas en el último intento de encontrar al mayor no lo logró. Llamó varias veces al timbre y nadie respondió, lo cual fue raro porque de no estar V, por lo menos, podría estar su abuela para decirle si sabía algo sobre él. Pues nada...

Volvió a llamarlo, igual a la vigesimosexta vez era la vencida. Tenía el labio inferior entre los dientes y con cada pitido de la línea sus paletas se hincaban más en la carne rosada. Llegó al quinto y la boca le supo a sangre. Ya no dejaba mensajes porque pensaba que si V no se percataba de su desasosiego en los primeros, no lo notaría en ninguno.

Puede que estuviera haciendo una montaña de un grano de arena. Quizás el mayor había decidido tomarse un día tranquilo y olvidarse de todo -por eso no cogía el móvil-. Igual se le había roto, o tal vez, por pura casualidad, le estaba llamando en los momentos en los que Taehyung estaba en la ducha o comiendo o haciendo un trabajo.

Espera... ¿Podría ser que estuviera trabajando? Los lunes no le tocaba pero era una posibilidad encontrarlo en 'purple', así que se dirigió hacia aquel antro. En su cabeza repetía el discurso que había planeado para pedirle perdón. Necesitaba quedarse tranquilo de una vez por todas. No había dormido nada esa noche pensando que Taehyung estaba enfadado y que no quería saber nada de él.

Pasó por la puerta debajo de las luces led y, camino a la recepción, vio a la persona que estaba buscando. Ya no iba a hacer falta preguntar por él pues V estaba en uno de los sofás encima de un chico. El suspiro que iba a soltar por haberlo encontrado al fin se quedó atascado en su garganta al ver que el cliente -que parecía de su edad- agarraba el culo de V con sus manos abiertas y que Taehyung se inclinaba para corresponder el beso. Sintió ganas de vomitar por la escena que estaba presenciando: Taehyung se estaba enrollando con otro chico. Él sabía que era su trabajo y alguna que otra vez se había imaginado que el mayor hacía con sus clientes todo lo que hacía con él, pero rápidamente intentaba desechar la idea de la cabeza. Le removía la bilis.

Estuvo a punto de acercarse con pasos agigantados y arrancar a V del regazo de ese cretino pero se contuvo a tiempo. Con las manos empuñadas por la rabia se dirigió a recepción y le preguntó a la dependienta a qué hora se acababa el turno de Taehyung. Como solo faltaban veinte minutos decidió esperarlo fuera; necesitaba aire.

Ahora no sabía qué pensar. ¿Le iba a pedir perdón después de haber visto cómo el mayor se comía la boca con un chico que seguramente no se había lavado los dientes? Ya no le apetecía besar a V, incluso cuando había estado horas desesperadas anhelando un corto beso de reconciliación.