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—Inhala— lo hizo, sonriendo— exhala, tonta.
—Cállate, odio las agujas.
Recibió una palmada en el trasero como amonestación, Ellaí se rió y se abrazó a su cuello, regalándole uno que otro beso. Según le explicó, aquella inyección tenía un líquido muy bueno que evitaría embarazos no planeados, Jungkook estaba firme en su teoría de que no era el momento para traer cachorros al mundo, no cuando estaban rodeados de problemas.
Y aunque él sabía aparentar muy bien, estaba cabreado en ese momento.
—Vas a sentirte un poquito mareada, pero, tendrás un descanso del dolor del celo durante un rato, disfrútalo.
—¿Estás enojado?
—¿Mm? ¿Por qué lo estaría?
Suspiró, encogiéndose de hombros.
—No lo sé, solo, te siento molesto.
Aquello era un poco complicado, cuando una pareja de alfa-omega llegaban a la parte de la mordida para confirmar su vínculo, automáticamente ambos sentían todo lo que su contrario sentía en el momento, podía percibir la tristeza, el enojo, desespero. Si se esforzaban lo suficiente, uno podía escuchar lo que el otro decía o le decían estando en distintos lugares, a Jungkook no le molestaba eso, de hecho era una de las cosas que más esperaba pues de esa manera podía estar tranquilo, sabría inmediatamente dónde encontrar a Ellaí en caso de que se perdiese de su vista.
—No estoy molesto, mi amor— besó su nariz, aspiró sus aromas entrelazados y sonrió para ella— es que son las cinco de la mañana y odio madrugar.
Ellaí se rió, golpeando su hombro y llamándole infantil. Se puso de pie argumentando que sabía dónde estaba la cocina y qué necesitaba café, prometió traerle algo y Jungkook mantuvo su sonrisa hasta perderla de vista. Suspiró, se pasó ambas manos por el rostro y luego vio al suelo.
Cuando mordió a Ellaí, esperaba ver, cómo es normal, memorias de su pasado, su crecimiento, cosas de ese tipo y si las había visto, conoció el rostro de su mencionada hermana, una mujer más alta que Ellaí, cabello rubio y amable, también vio a Namjoon.
Pero no sé explicaba porque demonios aquél alfa, Minho, estaba en casi todos sus recuerdos, el como la miraba, la abrazaba, tocaba su cabello. La acosaba, los ojos de ese alfa siempre estaban azules cuando tenía a Ellaí en frente y lo odió profundamente.
—No me traiciones, Ellaí, eres mi chica.
Había escuchado su voz. La palabra traición tenía mucho peso para Ellaí y eso lo hacía sentir un poco angustiado, Jungkook deseaba desaparecer todo sentimiento negativo de la vida de Ellaí.
Hablaría con Namjoon.
—Jungkook— levantó la cabeza y volvió a sonreír, aceptando el café, ambos acomodados en el centro de la cama, Ellaí besó uno de sus hombros, estaba siendo muy cariñosa y eso le agradaba pues significaba confianza— de todas las... imágenes de ayer en mi cabeza, uh, te vi siendo más pequeño y no puedo creer lo mucho que cambiaste.
Arrugó el ceño, negó divertido.
—Sigo viéndome igual.
—No es así, tenías mejillas de bebé y muy delgado. Eras lindo.
—¿Ya no soy lindo? ¿Eso estás diciendo?
—Si eres lindo, pero ahora eres lindo y apuesto— dió un sorbo a su café, Jungkook terminó el suyo en dos tragos y dejó el vaso a un lado, levantándola de la cintura y sentándola en sus piernas, se quedó mirándola—¿Qué?
—Tú también cambiaste. Tu cabello era corto, tu piel más rosácea.
—Mi hermana me pedía mantenerlo corto— blanqueó los ojos— escuchó un rumor sobre que a ellos les gustaban las chicas de cabello largo y... ella era muy paranoica.
—Te protegía.
—Lo hacía, a su muy extraña manera.
Tomó el vaso fuera de sus manos y lo apartó junto al propio, Jungkook la abrazó y pegó a su pecho, acarició su espalda.
—¿Sabes cuál fue el alfa...?
—Si, Nam también lo sabe y resiente mucho a Minho desde eso, porque era un alfa que ni siquiera él podría haber derrotado— suspiró— no odio al alfa, pues él estaba defendiendose a él y a su gente, no hacía nada malo, no perturbaba la vida de nadie y mi hermana llegó a confrontarlo solo porque alguien se lo ordenó, porque querían el poder que él tiene.
—Dime su nombre.
—Lo conoces, su clan está a unas siete horas de aquí— sonrió a medias— Min Yoongi.
Jungkook amplió la mirada y asintió, lo conocía, la última vez que se vieron fue para firmar un acuerdo de paz entre ambos clanes, pues el anterior líder, antes de Jungkook, no era muy fanático del alfa Min.
—Con él es mejor estar en buenos términos— dijo— él es parte de los tres grandes alfas.
—¿Quiénes?
—Los tres líderes más poderosos de las últimas generaciones. Su lobo también es una reencarnación.— colocó sus cabellos detrás de las orejas y siguió contándole— Esos tres alfas somos, Min Yoongi, Kim Taehyung y tu amado aquí presente.
Ahora quien se sorprendió fue Ellaí.
—¿Y conoces a Kim Taehyung?— asintió.
—También le ví solo una vez, para el mismo acuerdo de paz. Su clan está a tres días y es prácticamente imposible llegar al menos a la entrada, no le gustan los extraños, es muy quisquilloso.
Hubiese seguido con el tema de no ser por las mejillas coloradas de Ellaí que le avisaron lo obvio, sonrió, otra ola de calor.
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