I. Mesa 3

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Louis

Son las 6:44 de la mañana, como siempre tengo que salir corriendo, solo a mi se me ocurre llegar tarde al trabajo, el sol apenas muestra unos rayos que pinta el cielo de color morado, amaba estos días.

Tomé rápidamente mi uniforme, era nadamás un mandil café y una camisa rayada blanca, no sé porque nos obligan a usar esto.

Me gustaba caminar a estas horas por las calles, me sentía cómodo, no había gente molesta y solo eran unos cuantos carros que se dirigían a su trabajo. Podía ir con audífonos a todo volumen mientras cantaba sin el miedo de que alguien me escuchará.

"Would You Say You Depend On The Weather?
My Sunshine Is A Buzz and Ligth
I'll Be Singing Out
I know It's Hard To Believe me
It's A Good Day"

No tardó mucho en llegar a la cafetería, otra vez llegué 10 minutos tarde, no sería nada si tan solo no fuera la primera vez.

- Louis, ¿otra vez tarde? Ya van cuatro veces en la semana y trabajas seis días.

- Lo siento, es que me quedé dormido, en la noche estuve terminando mis proyectos.

- ¿Que tanto falta para que termines?

- Dos años, recién voy a la mitad, pero estoy muy emocionado.

- Pues esa emoción usala para atender la caja el día de hoy.

- Pero...

- Llegaste tarde, sé que no te gusta estar ahí, tómalo como un castigo.

Realmente no me gustaba estar en la caja, tenía que atender a todos y ponerles una sonrisa falsa.

La mañana empezó algo lenta, asi que fui a la parte de atrás para preparar un pastel helado de chocolate, no es por presumir pero queda delicioso, además de que es la especialidad de la casa, los días lunes que no estoy los clientes dicen que lo extrañan.

******

La tarde fue muy diferente, familias, amigos y parejas venían aquí para disfrutar un momento diferente a su rutina, solían venir al menos una o dos veces al mes.

- Louis, la mesa 3 quiere lo de siempre; una rebanada de tu pastel y café negro cargado.

Esa orden la conocía perfectamente, era de aquel chico ondulado, de ojos color esmeralda, venía aquí tres días a la semana sin excepción y siempre a la misma hora.

Le había pedido a todos los meseros que me dejarán atenderlo a mí, el chico me gustaba, aunque no sabía nada de él, ni siquiera su nombre, pero robó mi atención desde el primer día que llegó aquí, hace dos años.

Se la pasaba dibujando en su cuaderno, siempre que trataba de ver algo la cerraba. ¿Que dibujará? ¿a la gente pasar en las calles? ¿A los árboles o flores? ¿O simplemente cualquier cosa que se le venga en mente?

- Louis, te estoy hablando - chasqueo los dedos Ashley sacándome de mis pensamientos. - llevó rato hablándote ¿Todo bien? ¿Te ocurre algo?

- No, estaba pensando cosas sin importancia.

- Fingiré que te creo, ya lleva la orden a tu enamorado, a ver si en esta ocasión te animas a pedirle su número o al menos preguntarle su nombre.

- Trataré, pero cuando estoy cerca de él me pongo nervioso y tengo miedo de hacer una tontería.

Me acerqué con cuidado hacia su mesa para dejarle el plato con el pastel y su vaso.

- Aquí está tu orden, buen provecho.

El Café (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora