Corrí de la manera más patética de él. Yo sabía que no servía de nada hacerlo, escapar de la muerte era un impulso no solo humano, sino animal, el instinto de las bestias detectaban el peligro a kilómetros y siempre sabían cuándo era momento de huir, incluso un venado acechado por un tigre corre a pesar de conocer el resultado.
Y así es como me veía en ese momento, indefensa, frágil, con la mirada de un herbívoro corriendo entre las hierbas con la mínima esperanza de perderme entre ellas, en este caso, del pavimento.
Jeff caminaba con serenidad, su típica sonrisa lucia incluso más que la del primer día que nos encontramos. Las luces de los faroles urbanos lo posicionaban como el protagonista de esta trágica comedia, y yo, como ese personaje que durante toda la obra evadía su final, ahora estaba sin escapatoria.
Esa omnipotencia de Jeff era lo que un principio encontraba atractivo, pero ahora lo que más me aterraba era que no importaba lo que yo hiciese, Jeff ya lo tenia previsto, y con el cuchillo en su mano pude ver mi reflejo aterrorizado. Sí, incluso mi cara llena de terror y desesperación debía ser algo que Jeff había planeado desde un principio.
—¿Por qué siempre tienes tanta prisa de irte? —me dijo en un tono suave, como un amante cualquiera—, siempre quieres irte cuando mejor se están poniendo las cosas.
Mirándolo de frente comencé a caminar hacia atrás, alejándome al paso que Jeff se acercaba a mí.
No había nadie cerca, lo único que se escuchaba era el claxon de los autos en la autopista y el sonido de sus ruedas cruzando el pavimento. Si escuchaban un grito de auxilio, un disparo, o si alguien me veía en la lejanía difícilmente seria tomada en cuenta.
—Tú eres el que siempre dice cuándo es momento de irnos —alcancé a murmurar tratando de seguirle el juego como usualmente lo hacía, pero ahora me resultaba más difícil ser sarcástica—, eres el que toma las decisiones en esta relación, ¿lo recuerdas?
—Por supuesto... —sopesó mis últimas palabras con delicia y gusto, le gustaba la idea de nosotros como pareja, teniendo una discusión cualquiera, la única diferencia era que las nuestras siempre incluían cadáveres y sangre— pero es porque me preocupa que algo te pase.
ESTÁS LEYENDO
INCURABLE || Jeff The Killer (Libro 3)
HorrorSam está perdida, o por lo menos eso dice la policía. Después del escandaloso escape de Jeff The Killer, desesperada por no ser encontrada tanto por su sádica pareja y la policía, Sam encuentra refugio con la persona probablemente menos indicada. Cu...