Matrimonio#8: El paso del tiempo

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En ocasiones su mirada se perdía por pequeños lapsos de tiempo en el paisaje detrás de la ventana de su oficina.

Como en estos momentos, su atención estaba centrada en el pájaro que descansaba en una de las ramas del árbol que daba a la ventana.

Solo era el pájaro y él.

No en su hermano, ni su esposo y ni en los documentos que tenía que revisar para pasado mañana. Como si esos dos meses de matrimonio con su ex prometido solo fueran una ilusión.

Su calma duro hasta que el pájaro emprendió vuelo hacia el cielo.

*Toc toc*

- Adelante – Permitió la entrada en lo que seguía con su trabajo como regente de su gemelo.

Que sorpresivamente no era mucho como esperaba.

Los Minamoto tenía varias propiedades privadas que administraban como innumerables negocios a su nombre, pero solo le habían dado los libros de cuentas de la mansión en donde residía él y su hermano.

- B-bochan – Lo voz de su amiga le hizo alzar la mirada para encontrarse con ella.

Si fuese otro momento, le hubiese regañado de que ya no era un señorito sino un omega casado, pero la expresión de la peli indigo le impidió tan solo mencionarlo.

Aoi tomo bocados de aire antes de avisarle a su bochan lo que estaba pasando en el ala este de la mansión.

- T-tsukasa-sama ha entrado en trabajo de parto – Dijo tan pronto como recupero algo de aire por correr todo el trayecto hasta la oficina del omega. – Se me ha ordenado escoltarlo hasta donde lo están atendiendo –

No necesito decírselo dos veces para que ambos fueran corriendo hacia su hermano.

Unas horas después solo se podía oír los gritos de Tsukasa, que, si no estuviera a metros de la habitación de su hermano, él pensaría que provenían de un animal herido

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Unas horas después solo se podía oír los gritos de Tsukasa, que, si no estuviera a metros de la habitación de su hermano, él pensaría que provenían de un animal herido.

Cuando otra contracción le atraviesa el cuerpo, la sala se llena de otro aullido grave.

Todos a su alrededor se hallaban preocupados y emocionados en estos momentos, después de todo se trataba del primer nieto de la familia Minamoto.

En cuestión de minutos, otro tipo de sonido llenó el aire.

Fue un sonido que hizo que los corazones de los tíos y abuelos saltaran de alegría, ellos podían oír llorar a un bebé.

- ¡Es un niño alfa! – Proclamó la partera para que lo escuchara toda la familia que esperaba desde el otro lado de la puerta.

La familia Minamoto estaba eufórica por la noticia y no tardaron en empezar a hablar sobre como mimarían al niño y los cuidados prenatales que tenían que preparar para Tsukasa.

Hasta El Segundo Matrimonio Fue FelizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora