Capítulo 1.

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Experimento❀

  Los Paladines estaban en el sofá. Era uno de los días en los que estaban tranquilos y sin problemas con los Galra o con cualquier otro ser. Por eso, estaban aprovechando la tarde recreándose y disfrutando.

  Mientras que los demás hablaban, Pidge, estaba terminando un experimento aleatorio que le hacía bastante ilusión.

  –¡LO TENGO!– Gritó emocionada.

  Como era de esperar, todos se asustaron. A la chica le ponía nerviosa que se asustaran cada vez que gritaba pero lo dejó pasar por esa vez.

  –¿Qué pasa, Pidge?

  –Verás, querido Hunk. Lo que pasa es que he terminado mi experimento.

  Después de decirlo, enseñó una botellita con un líquido morado dentro de ella.

  –¿De qué va el experimento ese?– Cuestionó Lance.

  –Gracias por preguntar–. dijo orgullosa. –Si echo éste precioso líquido encima a alguno de vosotros, en una milésima de segundo os transformaréis en bebés. Luego, en niños pequeños y así hasta que volváis a ser vosotros con vuestra edad y con vuestros recuerdos normales.

  Todos se quedaron impresionados al escuchar lo que dijó la chica. Sabían que era un pequeño genio pero eso lo confirmaba de sobremanera.

  Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Pidge hizo una pregunta.

  –¿Alguien quiere?

  Y nadie la respondió. ¿Cómo no? Nadie quiere ser el conejillo de Indias. Lo repitió.

  –¿¡ALGUIEN QUIERE!?

  Con ese grito, Keith se despertó.

  –Lo siento, Pidge, pero no nos... Apetece–. La Alteana parecía buscar las palabras correctas para declinar la petición del paladín verde.

  –Sí, y todos estamos de acuerdo,   Pidge...–Ésta vez, fue Shiro quién habló.

  Todos sacudieron la cabeza enérgicamente salvo Keith que, al haberle despertado, aún estaba adormilado.

  Al no ver al chico negar con la cabeza, Pidge decidió usar eso a su favor.

  –Bueno... Creo, creo, que me tomaré esa falta de movimiento de parte de Keith como un "Sí".

  –Espera, ¿qué? ¿A qué he dicho sí?- Preguntó el paladín rojo, despertándose del todo.

  –¡A ser bebé por un tiempo! ¡Enhorabuena, Keith! Es tu premio–. Dijo la más baja.

  –¿¡Qué!? ¡Yo nunca accedí a eso! ¡Tú... Gremblin asquero-!

  Pero Pidge ya le había hechado el líquido a Keith.

  Como había dicho, en una milésima de segundo, Keith se convirtió en bebé. Estaba dormido en el sofá y poco a poco se fue despertando.Todos se quedaron en shock observando al pequeño de ojos violetas. Éste, se rascó los ojos para desperezarse.

¿¡Keith es bebé!? [KLANCE]Where stories live. Discover now