Lena descubrirá que la venganza aunque dulce al principio puede terminar con un sabor muy amargo.
Ojo por ojo ¿no? Una vieja frase muy conocida tanto en la tierra como en Kripton.
Las imágenes y personajes no son de mi propiedad, créditos a quién co...
Era raro sentirlo, mi piel Kriptoniana no estaba acostumbrada a la sensación, normalmente mi cuerpo estaba en una temperatura más elevada que la de los humanos, lo que evitaba que sintiera el frío. Lo que hacía que mi situación actual se sintiera mucho más doloroso, podía sentir el frío de la fortaleza de la soledad, pero a su vez sentir como si mi sangre hirviera lo que hacía que quisiera arrancarme la piel.
Pero había algo que dolía aun más y eso era la mirada de odio de Lena, su mirada se sentía peor que la Kriptonita a mi alrededor, mucho, mucho peor.
—¿Viniste para tratar de matarme?— pregunte con miedo.
¿Esto era mi final? ¿Morir a manos de mi mejor amiga? ¿Morir a manos de la mujer a la que amo?
Había roto a Lena, yo no era mejor a todas esas personas que la habían traicionado anteriormente. Tal vez si merecía la muerte.
-No, supergirl. No voy a matarte- su voz era distante y eso dolía. Saco el reloj transmateria de Lex- No soy una villana, no debiste tratarme como tal.
Lo siguiente que vi fue el cuerpo de Lena desaparecer de la fortaleza. Dejándome sola en mi dolor.
¿Esto era lo que los humanos llamaban un corazón roto? No se sentía como cuando Mon-El se fue o como cuando Kenny murió, este sentimiento se sentía mucho peor. Lena no solo se había llevado a Myriad de la fortaleza, ella también se había llevado mi corazón, dejando un agujero en su lugar.
Sentía que las paredes de hielo a mi alrededor se hacían más pequeñas y que el aire a se hacía más denso. De pronto ya no estaba en la fortaleza sino en mi nave viendo como mi hogar explotaba, enviándome a la zona fantasma, enviándome a la oscuridad. Sin darme cuenta mi respiración se hacía cada vez más errática.
No podía pensar, la sensación de frío y de calor me distraían, y el miedo y la tristeza hacía que mi cuerpo estuviera alerta. Cuando me di cuenta mis puños golpeaban las paredes de hielo intentado sacarme de mi prisión.
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-¡LENA SACAME DE AQUÍ!- escuchar mi grito desesperado por ayuda era raro, era como si esa voz que gritaba no fuera la mía.
-¡LENAAAA!
Era inútil llamarla, lo sabía.
-¡ALEX!
La pared de hielo ante mí se empezó a teñir de rojo, era mi sangre, 'podía sentir la piel de mis nudillos romperse contra el hielo y como mis cuerdas vocales ardían debido a mis gritos, pero aun así no me detuve.
En mi mente se repetían las palabras de Lena y su mirada antes de irse, tenía miedo de lo que seguía a continuación. No tenía idea de lo que ella planeaba hacer con Myriad o de lo que Alex sería capaz para detenerla, la verdad no se cual de los dos pensamientos me aterraba más.
