26. sola

1.3K 124 76
                                    

No hace falta siquiera tocar el timbre de la actual casa que Jeffrey reside.

Al caminar por su respectiva entrada, la puerta se abre, mostrándome a una Chloe adormilada, en los brazos de su padre.

Al verme, ella se lanza a mis brazos y apoya su rostro en mi hombro.

Jeffrey me mira de arriba hacia abajo, con algo de desprecio.

— Se ha quedado dormida en la espera. — dice, cruzado de brazos. — ¿Disfrutando de tu soledad, ah?

— No es momento de hablar. — ríe, mirando hacia un costado solo por dos segundos.

— Me fascinas. Realmente tienes una capacidad increíble de manipulación. Esa manera de victimizarte por la tarde, llorando por todos los rincones de la casa, para luego... — le interrumpo de inmediato.

— Que no es momento, Jeffrey. Si tu cabeza no es capaz de comprender a mis palabras, lo siento. No es mi jodida culpa. Y además, te recuerdo que tú solo has tomado una decisión, sin respetar lo que yo quería o no.

Me doy la vuelta sobre mis propios talones, sosteniendo fuertemente a Chloe en mis brazos, intentando que no despierte del sueño en el cual está sumergida.

Sin embargo, su voz hace que mis pasos se detengan.

— No quería tomar ésta decisión. Tú me obligaste a tener que hacerlo.

Con una sonrisa cínica, me doy la vuelta apenas, mirándole desde sus pies hasta su cabeza.

— ¿Yo te he obligado a tener que hacerlo? No quieras echarme la culpa a mi. Tú solo has venido hasta aquí. Eres un tipo grande, Jeffrey. Y yo no soy aquella muchacha de diecinueve que has conocido. Los años han pasado.

— Pero tu inmadurez y tus malas decisiones siguen intactas. — me mira con desilusión en sus pupilas. — Descansa, Zoe.

Cierra la puerta, dejándome estática.

— Mami. — la voz de Chloe hace que regrese mis pies a la Tierra. — Tengo frío.

— Lo siento. Ya vamos a casa.

**

He dejado a Chloe en su cama y ella, con su voz dulce, me pidió que me quedara hasta volverse a quedar dormida.

Acariciando su suave cabello rubio, en menos de cinco minutos, volvió a caer rendida en un sueño profundo.

Chloe ha heredado ese increíble poder de quedar dormida en cuestión de solo dos minutos gracias a mi. De pequeña, era demasiado fácil para mis padres tener que leerme un cuento, porque al primer párrafo, ya me rendía.

Supongo que incluso les he hecho demasiado favores a la hora de tener que disfrutar su intimidad.

Ni siquiera quiero pensarlo.

Solo con una camiseta de soccer, la cual Noah me prestó una noche en su casa, y tras haberme gustado me la regaló, llegándome por los muslos, me meto bajo las sábanas y me recuesto totalmente exhausta.

Apenas apago la luz de mi mesa de noche, el móvil vibra sobre el colchón.

Tomándolo entre mi mano derecha, observo la pantalla, viendo el nombre de Norman y su llamada entrante reflejándose en mi aparato tecnológico.

Paso saliva, sintiendo esos mismos nervios que me generaba hace años atrás.

— Hola. — respondo, con mi voz hecha un hilo.

— Hola. ¿Estabas durmiendo?

— No. De hecho, acabo de meterme en la cama. Lamento no haberte avisado que llegué a casa.

LET ME GO. +18 © (T.2 LOVE ME DOWN EASY) (NORMAN REEDUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora