LET ME GO. +18 © (T.2 LOVE ME DOWN EASY) (NORMAN REEDUS)

14. tensión y celos

— Espero que seas breve.

Me acomodo en la silla de mi estudio, echando hacia atrás mi espalda, mirándole a Norman, quien se encuentra frente a mi.

— ¿Puedo fumar?

Abro el cajón que mi mesa de escritorio dispone y quito un cenicero de cristal, dejándolo sobre la madera barnizada.

Reedus quita un cigarro y me observa por cortos segundos, sacando otro, estirándolo para entregármelo a mi.

— No me apetece en este momento. Gracias.

Toma una bocanada de aire, regresa el cigarro a su paquete y se acomoda en su asiento, encendiendo el suyo.

— ¿Puedes ir directo a lo que nos compete?

— ¿Tú realmente piensas que soy capaz de decirle algo a Andrew? No solo es mi amigo, sino que también es el de Jeffrey. Y por mucho que intente desahogarme, sé que no va a ser una buena elección él. Si, Zoe. Estuve a punto de hacerlo pero luego pensé bien las cosas y ahora, lo único que me queda, es inventarle alguna excusa.

— Claro, porque eso es lo que realmente harás. — suspira, cruzando una pierna sobre la otra.

— No he dicho lo contrario, Zoe. Pero... con todo el respeto, y sin que te ofendas...

— Ya con solo decir esas palabras, estás haciendo que me ofenda. — ríe apenas, aunque yo continúo con mi pose totalmente seria.

— El beso que nos hemos dado, aún lo siento sobre mis labios. Y puedo percibir en que tú estás exactamente igual que yo, aunque no quieras demostrarlo.

— ¿Pero qué estupideces...

— Zoe, hemos mantenido una relación. Viajamos juntos, convivimos juntos, follamos, hicimos el amor, te he dejado embarazada... y tú fuiste quien decidió cagarlo todo con mi mejor amigo. Y lo ocultaste. Y yo, como un maldito idiota, te he dado una oportunidad. Tuve que fingir que nada pasaba para no levantar sospechas. Tuve que ver como a Jeffrey se le ponía dura la polla estando conmigo, a pocos metros de distancia. Y yo, sin embargo, tenía que fingir ser el imbécil de tu padrastro. Nena, sé que puedo mostrarme fuerte por fuera, pero por dentro, soy como un niño sensible a los cinco años, el cual llora por la cosa más mínima. Y no, Zoe. Esto no es para generarte lástima ni que tengas compasión por mi. Simplemente, todo esto me duele.

— ¿Te piensas que solo tú haz sufrido en la relación que tuvimos? Me haz tratado a tu puro antojo. Tú debías fingir ser mi padrastro, y yo debía fingir ser tu hijastra, delante de mi maldita madre. Escuchaba como la follabas. Veía como la besabas. Te haz ido de viaje con ella, mientras que yo estaba en la duda de correr riesgo de un embarazo, y eso te importó poco. Tan poco, que me haz cogido de todas formas en el garage de la casa. ¿O acaso te olvidas, Norman?

— No.

— No quieras demostrar que tú solo haz sufrido, porque yo también lo hice. Y he sido la única valiente que se atrevió a ir, con alguien que pudo haberme mandado a la mierda, pero que sin embargo se mantuvo a mi lado, esperando meses para formar una relación conmigo, siendo solo mi amigo, para abortar.

— Abortaste porque quisiste tú sola. Y era algo en donde yo también era responsable. Era mi puta responsabilidad, Zoe.

— Es mi cuerpo, Norman.

El silencio abunda entre nosotros pero la tensión se esparce en el aire.

Toma su móvil, lo desbloquea con su huella dactilar y habla con sus ojos enfocados en el aparato.

—¿Sushi o pizza?

— ¿Que? — pregunto confundida.

— Tengo hambre, y creo que tú también. ¿Quieres sushi o pizza?