Capítulo 3

282 26 20
                                    

 Habían pasado cuatro semanas desde que Trevor se fue

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Habían pasado cuatro semanas desde que Trevor se fue. Así de simple, así se vacías, aunque no así de rápidas.

Básicamente:

No hablábamos mucho. A penas, nada. No obstante, de alguna forma, por alguna razón, no me sorprendía. Y de hecho, no recibí ninguna llamada o mensaje de él cuando llegó a su nuevo hogar. Lo hizo Rose, su madre.

Le pregunté por qué no lo había hecho Trevor, se quedó unos segundos en silencio, luego dijo que él estaba muy cansado y su móvil se había quedado sin pila, por lo que no alargué la conversación mucho más. Le dije que me alegraba de que hubiesen llegado bien y cerré, pero inmediatamente le chateé a Trevor:

—Mills: Gracias por avisarme.

Spoiler: No me contestó.

Y bueno, no negaré mi decepción, otra vez, pero decidí irme a dormir.

Cuando desperté, miré mi móvil.

—Trev<3 : Lo siento, mamá me pidió ayuda con las cosas y luego se me pasó. Aunque ella me dijo que te avisó.

¿Se le pasó hablarle a su novia?
¿A la única que se suponía que tenía?
¿A la que había dejado en otro país?Maravilloso.

Pero... ¿A caso Rose no me había dicho que estaba cansado y tenía el móvil sin pila? ¿Por qué mentía?

—Mills: Ok. ¿Cómo estás?

Como normalmente hacía, pasé por alto lo que estaba pensando, lo que me estaba cuestionando...lo que me incomodaba.

—Trev<3 : Estoy bien, te hablo luego.

Pero, ¿¡qué mierda había sido eso!?

"Grandioso, sabía que esto sería una mierda"

•••

Así las cuatro semanas. Yo le hablaba, él me ignoraba.

A veces, MUY a veces, se limitaba a decir: "Bien, ¿y tú?" "estoy ocupado"  "adiós".

Toda una maravilla.

Yo ya estaba empezando a colapsar. Gracias a Dios estaba de vacaciones de la preparatoria, aunque en poco tiempo empezaba mi último año. Para lo que no estaba muy lista siendo sincera.

—Hayley llegó —escuché a mi madre del otro lado de la puerta.

Me levanté de la cama extrañada y abrí. —Mamá, no tienes que avisarme si es ella.

HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora