¿Será difícil para una persona con asma y una lesión seguir sus sueños?.
Descúbranlo en esta historia llamada; "Yo tratando de no morir", ha, sería más gracioso si no tuviese que escribir risas.
Hola a todos, supongo que una presentación formal no e...
Yo me encontraba colocando mi mochila en mi asiento correspondiente, y aunque había llegado temprano de pura suerte, cuando oí ciertas voces, desconocidas, pero habituales.
-¡Reki! ¡Será mejor que no te atrapen!.
Sonreí para mis adentros al reconocer el nombre de aquel chico y, luego, al asomarme por la ventana, su conocida cabellera pelirroja.
Parecía escapar con su skate de uno de los profesores.
Al oír aquello, mi vista retrocedió unos pocos metros detrás de Reki, ahora sí sonriendo levemente al reconocer aquella cabellera celeste.
Langa y Reki escapaban de uno de los profesores, supuse de educación física, por su vestimenta.
Langa aún se notaba bastante torpe con el skate, pero, al menos, sabía huir de la gente con autoridad.
La mayoría solemos comenzar así.
Mi vista se topó con los brillantes ojos de Langa, mientras que yo reía suave, él mantenía una mueca divertida, tratando de escapar de aquel profesor a todo máquina.
Yo intenté advertirle sobre el muro frente a él, pero en menos de dos segundos, ya se había estrellado contra este.
Tal parece que Reki aún no le enseñó a girar.
Dos de aquellos profesores de gimnasia acabaron llevándose a Langa como si de una manta se tratase.
Realmente el día no fue muy emocionante que digamos, sí tuve algo de entretenimiento, ya que, al salir de la escuela, Reki me arrastró con él y Langa a un parque cercano, donde ellos dos practicaban skate, mientras yo me encontraba sentado sobre una de las rampas, teniendo una cámara de fotos mediana colgando del cuello.
[...]
-¡No olvides el tiempo!.
Ya era una clase de rutina que se volvió bastante común, para mí al menos, en tan solo dos días.
Al yo salir de la escuela, tenía a Langa y Reki esperándome en la entrada, para que los tres juntos vayamos a aquel parque, a pesar de que yo no patinaba y no quería ser una molestia, Reki insistió, a lo que, acabé aceptando.
-Tictac, tictac...
En dicho momento, me encontraba sentado sobre una de las rampas pequeñas, ya que no podía subir a las grandes por el esfuerzo que haría debido a mi lesión, mientras manteníamis brazos cruzados y visabaa los chicos de reojo, mientras que Reki, quien, por cierto, estaba sentado, junto a su skateboard, sobre una de las rampas más altas, era el profesor de Langa.
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