"Adiós mamá y papá"

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Todo estaba totalmente destruido a su alrededor, la gente corría en busca de ayuda y los gritos resonaban en cualquier parte y era todo realmente espantoso.

-¡Mamá! ¡Papá!- nuestro pequeño Gilgamesh solo tenía ocho años, se encontraba caminando en las destruidas calles de Babilonia buscando a sus padres.

A lo lejos vio a ambos monarcas que ya lo estaban buscando y corrió hacía ellos su madre, lo tomo en brazos y junto con Lugalbanda su padre se escondieron en unas calles muy al fondo. Ahí los esperaba un guardia de confianza le entregaron al príncipe y le hicieron jurar que lo cuidaría con su vida.

-Pero, mami papi yo quiero ir con ustedes no me dejen aquí. Les prometo que me portare bien y haré mis deberes de príncipe pero llevenme con ustedes
-Cariño, todo va a estar bien tu padre y yo solo vamos a protegerte- Lugalbanda jugó un poco con el cabello rubio de su hijo y posteriormente lo beso en la frente
-Gilgamesh, mamá y yo queremos protegerte queremos que seas un gran rey y te portes bien ¿Se lo prometes a mamá y papá? - en lágrimas y sollozos el pequeño abrazo a sus padres por última vez y el guardia empezó a alejarse lo más rápido posible.

-Adiós mami adiós papi- dijo el pequeño miéntras movía su mano. Esa sería la última vez que vería a sus padres ya que gracias a su sacrificio ganaron y pudieron salvar a su hijo y a la mayor parte de su gente.

Después de eso la gente entro en conflicto sobre si hacer a el príncipe el nuevo rey o buscar a alguien que lo hiciera mientras el príncipe crecía. El pueblo quiso que el legado de Ninsun y Lugalbanda siguiera así que hicieron al príncipe el nuevo rey con ayuda de otros reinos pudieron reconstruir Babilonia.

Claro el pueblo en compensación hizo un enorme banquete y invito a los reinos que los habían a ayudado a levantarse y como premio de aquella ayuda decidieron que los líderes con hijas serían perfectos candidatos para encontrar una prometida para el rey.

A ese banquete asistieron muchas personas; había bellas princesas dulces amables y muy bien vestidas con muchos ánimos de ir a conocer al rey Gilgamesh. Menos una dulce rubia de ojos verdes la cuál hizo un berrinche durante todo el viaje.

-A mi no me interesa conocer a ese tal rey Gilgamesh, madre ya te dije que no porfavor vámonos a casa- La reina Igraine era una hermosa y paciente mujer pero su dulce Arturia si que le sacaba de sus cabales
-Arturia porfavor obedece, debemos prestarle nuestro apoyo a Gilgamesh acaba de perder a sus padres y ahora carga con la responsabilidad de ser rey
-Crees que no se que en ese "banquete" van a buscarle esposa a ese tal rey- la niña se cruzó de brazos y con un puchero hizo un gesto de indignación y giro la cabeza evitando la mirada de su madre.

En ese momento Uther tomo por los hombros a su pequeña y le dio un dulce beso en la frente. Arturia estaba algo consentida por su padre a final de cuenta y era hija única y era mujer y una muy fuerte de carácter, había convencido a su padre de aprender espada y sobresalía en arco y flecha y en casería y solo tenía once años.

-Arturia, aunque no te cases con Gilgamesh en algún momento cuando mamá y yo ya no estemos tendrás que casarte
-Padre yo no quiero casarme con Gilgamesh
-Tranquila, si no te casas con el puedes casarte con algún buen joven de Camelot.

A la pequeña no le agradaba la idea de casarse ni con el tal Gilgamesh ni con nadie. Mientras nuestro ahora rey que ya contaba con doce años se preparaba para lo peor; el también la estaba pasando mal ya que lo estaban obligando a elegir una mujer para casarse. Aún extrañaba a sus padres ellos no lo obligarían a nada y mucho menos siendo tan solo un niño de doce años.

-Porque me hacen esto . . .
-Vamos joven Gilgamesh, hay muchas niñas hermosas alguna llamará su atención
-Nunca! Ninguna mujer ni porque fuera la belleza en mujer será hermosa para mí que asco
-Ya verá cuando las vea- pues aquella sirvienta tenía mucha razón, durante el banquete todas las princesas se acercaban al rey y lo llenaban de cumplidos y demasiadas atenciones. Mientras Arturia se la pasaba burlándose y arremedando a aquella bola de víboras bueno, así las llamaba ella.

-Ay! Rey Gilgamesh que guapo está en la velada de hoy! JAJA todas se ven muy tontas tratando de llamar la atención de ese rey- Igraine llegó por detrás de la pequeña y le dio un golpe con el abanico al oír las burlas de su hija
-¡Arturia!
-A-ay; ay ay mamá ten cuidado
-Ve a saludar ¡Ahora! Y ni se te ocurra hacer alguna grosería a alguien porque te va a pesar.

A regañadientes, Arturia se acercó al lugar de Gilgamesh esperó un poco pero al ver a la bola de princesas que tenía a su alrededor; pensó que no podría ni saludarlo así que como toda niña decidió escaparse del salón e ir a explorar. Había muchas habitaciones y después de caminar al final de un enorme pasillo había un gran balcón que daba vista a la ciudad, se asomo y pudo ver Babilonia era hermosa; aún faltaban cosas por reconstruir pero aún así se veía demasiado hermosa.

-Que haces aquí- de inmediato Arturia dio la vuelta y vio al tan conocido rey Gilgamesh, sus ojos eran color rojo rubí y su cabello era rubio asimilando al dorado
-Estaba explorando el lugar ¿Y tú?
-¿Acaso no sabes quién soy?- para Arturia era de lo más normal hablar con Gilgamesh; tenían como la misma edad y para ella era como hablar con otro príncipe
-Eres Gilgamesh, el rey Gilgamesh
-Y ¿No vas a decir algo?
-Pues no, solo quiero disfrutar del viaje y del paisaje ¿No crees que es hermoso?.

Gilgamesh echo un pequeño vistazo pero a sus ojos no había nada interesante así que volvío su mirada a la rubia y alzó una ceja extrañado ¿Qué veía de interesante Arturia en un paisaje que el conocía al derecho y al revés?.

-No veo nada de interesante
-¿Ah no?- la niña lo tomo del brazo y lo llevo a la orilla del balcón y le hizo mirar al cielo
-Sigo sin ver algo interesante
-Mira las estrellas- había una bella constelación que asimilaba a un león cuando Gilgamesh pudo verla claramente sonrió un poco
-Asi que eso es lo que veías
-Es hermoso ¿Verdad?- El rubio asintió y después de un par de segundos sintió más la presencia de la princesa que lo tomaba del brazo aún y estaba muy cerca de el.

Podía sentir su aroma y su piel y mirándola bien, no era fea tenía sus verdes ojos y su rubio cabello que la hacía irresistible por primera vez en su vida nuestro joven rey sintió las mariposas revolotear en su estómago.

-Ya es tarde ya me voy
-Emm e-espera ¿Cómo te llamas?
-Arturia, Arturia Pendragon
-Arturia
-¿Si?
-Eres...eres muy bonita- la niña le dio una dulce sonrisa y dio la vuelta para irse por el enorme pasillo por el que había llegado.

El joven se sentó en el suelo totalmente sonrojado.
-Es una bruja, porque me parece tan linda y tan atractiva y... porque quiero olerla de nuevo...

Listo primer capítulo!
Espero les guste
Gracias por leer

Te atrapé (GilgameshxArturia)Where stories live. Discover now