Epílogo

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Ahí iba otra vez con sus jodidamente cortos y provocativos vestidos.

Dios, ¿Ni siquiera frío siente?

Fruncí el ceño en molestia al mismo tiempo que la miraba darse unos últimos retoques al espejo mientras me miraba fijamente a través de este.

Mierda, tres putos meses de embarazo y apenas y se le nota la barriga.

Mi jodida esposa ha estado estos putos tres meses provocándome a más no poder, aprovechándose de que no la puedo tener durante nueve meses.

De haber sabido que sería tal tortura, hubiera tenido un puto condón en el pene hasta para ducharme.

Condones, pronto me disculparé con ustedes.

No me malinterpreten, a pesar de eso, estoy muy feliz de tener algo que marque un lazo entre nosotras, me encanta. Voy a tener un hijo o hija, con mi esposa.

Se volteó y caminó hacia mi, siento que ya hemos pasado por esto.

Se sentó sobre mi regazo, sus rodillas a cada lado de mi cadera.

Bajé mi mirada hasta su vientre, el cual seguía plano. Me estoy empezando a impacientar, ya quería ver algo.

Llevé mis manos hasta su vientre para empezar a acariciarlo suavemente por la tela del vestido, para ir a donde Daniel.

— Eres impaciente — comentó.

— Impaciente mis huevos. Quiero saber que será ya — contesté sin quitar mi vista de su abdomen.

— ¿Tú que quieres que sea? — devolvió. La miré.

— Una broma para dejar de contenerme y follarte ahora que te la pasas provocándome — solté. Ella rió —. No lo sé, con lo que sea, lo voy a amar — dije acariciandola suavemente —. Y, por cierto, ¿Es necesario que uses algo tan corto? La última vez que usaste algo así, tuve que repartir un par de golpes y soportar que te digan que me pidas el divorcio — comenté, la risa de Mariana volvió a inundar mi audición.

— Es necesario — debatió —, Para hacer esto — empezó un lento vaivén con sus caderas.

— Mariana Hinojosa... — dije de manera de regaño.

— Equivocada.

Rodé los ojos divertida — Mariana Pacheco, detente — ella sonrió pero no detuvo el movimiento.

— Amo que me digas así — dijo acercando su rostro al mío —. Diría también que me excita, pero luego te molestas por haberme dejado embarazada — dijo y yo rodé los ojos. Y tenía razón, cada que decía algo así, me molestaba el no poder follarla.

Pasé mis manos de su vientre a su cintura para acercarla a mi y acercar mi rostro al suyo. La necesitaba tanto, pero no podía.

Detuvo su movimiento — Eres una adicta al sexo — me dijo, alce una ceja.

— Una adicta al sexo contigo — corregí —. Amo follarte pero ahora no puedo — bufé —. No disfrutaría tanto coger si fuera con otra persona.

— Aún así, disfrutas masturbándote pensando en mí. ¿No? — me encogí de hombros antes de soltar una risa. Me gustaba, pero no era lo mismo —. Vamos, relájate, faltan — se quedó callada unos segundos, haciendo la cuenta —... seis meses y luego podrás follarme. ¿Bien?

— Mientes, no voy a poder hacerlo.

— No creí que fueras tan inteligente — rió —. Tenemos que cuidar a Fernanda junior, ¿Entiendes? — reí ante el apodo que le había puesto.

ROMMATE ( COMPAÑERA DE CUARTO) |Fercha y Mariana G!P[...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora