La Biblia de los Bastardos

𝔈𝔩 𝔓𝔯𝔦𝔫𝔠𝔦𝔭𝔢 𝔡𝔢 𝔩𝔞 𝔈𝔫𝔳𝔦𝔡𝔦𝔞

Capítulo dedicado a:
larryspforever • @a_1_1_1 • sammys28 • thenormalgirl28 • vane0865 • Lanobiadeharry • kiarigata_miau • ktherinegonza • Pichulalarrie2 • DanielRonaldinhoRamr

Capítulo XI

El Príncipe de la Envidia

Zayn jamás había estado tan pensativo e intranquilo en su vida, aún cuando podría parecer que realmente solo estaba concentrado en su trabajo, era ese justamente el problema, y es que Zayn nunca hacía su trabajo. Se la pasaba vagando por el palacio infernal, paseando de un infierno a otro, admirando el caos a su alrededor sentando en un trono con solemnidad.

Hallar al Príncipe en su despacho y haciendo su trabajo, era algo simplemente insólito. Por eso, cuando Lucifer entró a la estancia esperando encontrar a un sinvergüenza que no hace su trabajo y en su lugar encontró a un Príncipe responsable la sorpresa lo inundó casi de la misma forma en que la preocupación se hizo presente.

–Zayn— lo llamó. El demonio apenas hizo un sonido sin levantar la vista de los pergaminos que había estado revisando por más de una hora, y aún no sabía con exactitud de qué trataban.

El hombre se acercó y con un suave movimiento tomó asiento enfrente del escritorio de caoba, no dijo nada y solo se dedicó a observar con cuidado el inexpresivo rostro del joven frente a él, reconoció de inmediato el oscuro tono de sus ojos avellana, los cuales veían las letras y las runas infernales de aquellos viejos pergaminos pero que se notaban perdidos en memorias de antaño.

Y Lucifer, solo con ver atentamente los ojos del ente, entendió la tristeza resguardada en su alma, el dolor que yacía en su corazón de forma pesada y amarga, la frustración y ansiedad en el temblor de sus manos y el cansancio en sus lentos gestos.

–¿Qué ocurre?— cuestionó con calidez.

Zayn levantó la mirada súbitamente observando al Diablo, admiró la sabiduría de sus fanales y se bañó en la calidez que ésta le brindaba. Carraspeó un poco su garganta antes de responder desviando la vista.

–Nada en lo absoluto— declaró, su voz agónica poniendo en evidencia la verdad detrás de sus palabras.

–¿Es por Louis?— volvió a cuestionar Lucifer.

–No— respondió de inmediato el demonio.

–¿Por qué entonces?— preguntó.

Zayn no respondió y simplemente mantuvo la cabeza inclinada, sabía por experiencia que si veía a su Rey a los ojos no podría mentirle como quisiera.

–¿Podría ser por el mundano?— cuestionó sin maldad o reproche.

El Príncipe arrugó el ceño y lo miró interrogante.